El gas licuado de petróleo (GLP) es una muy buena alternativa a la gasolina. Sin entrar en tecnicismos, es básicamente gas propano licuado, que puede usarse como combustible en motores de gasolina adaptados. La potencia de los motores continúa siendo la misma pero las emisiones contaminantes caen considerablemente – la combustión es más limpia y eficiente – y el coste de repostar para el consumidor es sensiblemente inferior que el de la gasolina, hasta la mitad en algunos casos en los que está subvencionado.
Otra alternativa es el gas natural comprimido (CNG), principalmente metano. De nuevo, el coste de repostar este combustible es notablemente menor que el de la gasolina y las emisiones de CO2 se llegan a reducir hasta en un 30%. Italia ha sido uno de los países que más ha apostado por este tipo de movilidad, más respetuosa con el medio ambiente. Las ayudas directas que ha otorgado el ejecutivo de Silvio Berlusconi a la compra de estos vehículos arrancan en 1.500€, alcanzando los 5.000€ en muchos casos.
Si a ello sumamos una completa red de repostaje de gas, con más de 600 surtidores por todo el país, obtenemos que las ventas de estos vehículos han aumentado un 324% con respecto a marzo del año pasado. Las unidades vendidas de vehículos propulsados por gas han sido de 32.254 unidades, el 10% del parque móvil italiano de gas. Este espectacular aumento ha beneficiado especialmente a Fiat, líder mundial con opciones como el Grande Punto Natural Power a nivel europeo.
En Europa hay aproximadamente un millón de vehículos movidos por gas, la mayor parte de ellos ubicados en Italia y Alemania. Países como Brasil, Argentina o Pakistán superan la cifra europea con creces pero se preveé que la disfusión del gas en Europa crezca de manera muy importante, para el año 2020 se espera que a nivel mundial haya 65 millones de vehículos impulsados por gases licuados. En España su uso es casi nulo, limitándose a autobuses y algunos taxis en el mejor de los casos.
Vía: El Mundo Motor
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