Dos marcas han renovado sus modelos compactos, los mismos que ocupan su mayor porcentaje de ventas, y además han presentado ya las versiones más potentes. Hablamos de Renault con su nuevo Mégane RS y de Mazda con su nuevo Mazda 3 MPS, galo y japonés respectivamente con una forma diferente de ver la deportividad. Los dos se han dejado ver en el Salón de Barcelona.
Por su lado el Mégane RS escenifica un traspaso sencillo desde la anterior generación, a pesar de que como es habitual todo va más a lo grande. Ruedas más grandes y atrevidas, pasos de rueda más marcados, etc para diferenciarse mejor del Mégane Coupé del que parte. Da gusto ver como el habitáculo está cargado de detalles, es de esos que da gusto enseñar. Los asientos deportivos y el salpicadero combinan bien el gris y otro color principal para las costuras, en este caso en amarillo, más detalles en fibra de carbono o en la chapita de volante.
Quedan claro los toques de agresividad que ha practicado Renault y especialmente en su propulsor, una evolución del 2.0 turbogasolina con un aumento de potencia hasta los 250 CV. La tracción delantera, con cambio manual de seis marchas, mejora sus capacidades con la incorporación de un diferencial autoblocante como gran novedad. La apuesta por el crecimiento de potencia con más control permite acelerar desde los 0 a los 100 km/h en 6 segundos.
En el otro lado está el nuevo Mazda 3 MPS, con una orientación diferente. Bajo el reciente cambio de generación, que hemos podido saborear en directo, se levanta el hot-hatch con un caparazón que llama más la atención. Es decir, desprende más deportividad por sus poros que la anterior generación. Una de las grandes novedades, junto a las luces LED traseras, es la de la toma de aire delantera que recuerda a la del Impreza WRX STi aunque es más comedida.
En el interior claramente se aprecia que estamos ante una variante deportiva aunque parece que falta algo. Por supuesto no faltan asientos deportivos y un tapizado de mayor calidad, en la línea de estos modelos, pero se echan de menos algunos cromados que hagan brillar más el habitáculo. Quizás por ésto y porque no existe carrocería coupé en la lista puede perder ciertos puntos frente al RS.
Mecánicamente las siglas MPS regalan al Mazda 3 el mismo propulsor de siempre: DISI de 2.3 litros y 260 CV. Los japoneses han preferido mejorar el rendimiento de este motor en vez de continuar aumentando la potencia, cuando de sobra es sabido que el motor puede ofrecer mucho más. Su consumo ha caído 0.5 litros de media y sigue acelerando en 6.1 segundos hasta los 100 km/h.
Son dos formas diferentes de ver un compacto con cualidades deportivas, así que ahora queda la reflexión. ¿tres o cinco puertas? ¿tirón de un motor turbo apretado o constancia de uno ligero y refinado? La elección es vuestra.
Renault Mégane RS y Mazda 3 MPS en el Salón de Barcelona
En Diariomotor: Renault Mégane RS, las fotos oficiales | Mazda 3 MPS 2010