Hace bastante tiempo mi compañero Óscar nos hablaba de el autobús híbrido desarrollado por la empresa carrocera Castrosúa sobre una base mecánica de origen Iveco. Se llama Tempus, y está destinado al transporte público urbano, siendo capaz de albergar en su interior a unas 40 personas. En la parte trasera de su carrocería – de 9.5 metros de longitud – se ubica el tren de propulsión híbrido. Su esquema de funcionamiento es del tipo EREV, un vehículo eléctrico de autonomía extendida.
El funcionamiento del vehículo es 100% eléctrico, impulsado por dos motores ubicados en las ruedas traseras. Dichos motores se suplen de unas grandes baterías de sodio-cloruro, una tecnología más barata y fiable por el momento que las baterías de litio. Cuando la energía de las baterías se agota un pequeño motor turbodiésel Iveco arranca y va cargándolas sobre la marcha, sin que el autobús varíe en absoluto su funcionamiento. El propulsor de combustión interna sólo está conectado a la batería.
Hay un beneficio muy claro para el bolsillo de los contribuyentes con el Castrosúa Tempus. Circulando constantemente por ciudad tiene una autonomía de 300 km con un consumo medio de gasóleo de algo más de 26 l/100 km. Puede parecer una cifra elevada, pero con un sistema de propulsión convencional esa cifra se duplica – o triplica -, tengamos en cuenta los constantes arranques y paradas con carga de estos vehículos. Pues bien, ha llegado la hora de probar esta tecnología sobre el terreno.
La Empresa Municipal de Transportes (EMT) de Madrid comienza hoy su prueba, de cinco semanas de duración en diferentes líneas. Si el resultado es satisfactorio, la empresa pública haría un pedido de estos autobuses para más líneas. Es probable que más ciudades españolas comiencen a probarlo, quién sabe, en unos años puede que la flota de transporte público sea híbrida, los costes hablan por sí solos. La tecnología aún debe madurar y los vehículos crecer en tamaño, pero la dirección tomada es la correcta.
El Tempus posee un diseño moderno, firmado por Mormedi. La superficie acristalada es de grandes dimensiones y cuenta con comodidades para los viajeros como un sistema de arrodillamiento – cortesía de la suspensión neumática – y dos dobles puertas, de entrada y de salida.
Vía: El Mundo Motor
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