La electrificación de los automóviles tiene bastantes escollos que superar, pero todo parece mucho más fácil mirando hacia las motos. No requieren de motores eléctricos muy potentes y sus baterías son de pequeño tamaño y rápida recarga. Opino que la electrificación del parque móvil – si es que acabamos pasándonos a la electricidad – empezará por las motos. Algunas empresas como Zero ya llevan un tiempo desarrollando motos eléctricas de prestaciones más que competitivas, esta es su última creación.
Se trata de una motocicleta destinada a la disciplina del motocross luego requiere de una dosis de potencia considerable y lo que es más importante, un peso ligero. Esta moto pesa prácticamente lo mismo que una 250cc habitual, unos 68.5 kg. Con un motor eléctrico de 23 CV de potencia y un par máximo de 68 Nm sus prestaciones son claramente superiores a una equivalente de gasolina. Sus baterías de iones de litio tienen una autonomía de dos horas o unos 60 km en condiciones de conducción exigentes.
Al ser de menor tamaño y capacidad que las de un coche pueden recargarse al completo en 2 horas mediante una toma de corriente convencional (110 V en los EEUU). Por lo demás, las suspensiones tienen un amplio recorrido y a la vista llama la atención la escasa complicación mecánica de la motocicleta, un motor, una cadena, unas baterías y poco más. Su prueba de fuego ha sido el Electrocross, una carrera de resistencia de 24 horas de duración, tan exigente como las carreras con motos de gasolina.
El equipo ganador consiguió recorrer nada menos que 816 kilómetros a una velocidad media de unos 50 km/h. La carrera sucedió sin incidencias mecánicas de ningún tipo. Ya que no podemos echar gasolina a la moto y seguir corriendo, los equipos debían cambiar las baterías, una operación que no requería más de dos minutos y el manejo de un simple destornillador. El precio de la Zero X Motocross es de 8.250$, un precio caro pero que creo merece la pena gastar, en respeto al medioambiente y diversión.
A continuación un vídeo del evento, resulta muy curioso no contar con el petardeo de los motores de un cilindro, la experiencia es chocante.
Vía: Wired
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