El calificativo para esta preparación del Acura Integra sería algo así como cutre tuning desproporcionada. Esta originalidad visual proviene de Wisconsin y su dueño acaba de ponerlo a la venta, vayan a saber ustedes el porqué.
Antes era un Integra de hace unos 20 años más o menos pero no se ha quedado ni mucho menos como el de fábrica. Su dueño, en un arrebato de psicosis original le incluyó un kit aerodinámico bruto (ahora ya no me corto). Éste incluye un difusor útil para arar el campo, faldas laterales que parecen estar hechas a mano y un frontal-pala en el que, directamente, se le ve el plumero a su dueño.
Para empezar los faros han sido tomados de un 911, de eso no queda mucha duda, y el propietario afirma que la base del frontal también pero yo no lo veo. Para el capó ha elegido que era mejor robárselo a un Mercedes (no robarlo en el sentido literal) e integrarlo en todo el conjunto, que parece estar tomado de un Supra.
Pero no acaba todo aquí porque la zaga da más que hablar. Además del difusor-tridente las luces traseras son de lo más “in” que puede basar por una batidora, pues no son ni más ni menos que las frontales de un Lexus IS 300 reconvertidas. Además han ganado unos filamentos de fibra óptica para que luzcan más espectaculares. Los tubos de escape impuestos importan un sonido creado por un sistema derivado del Nissan 350Z.
Del resto se sabe que tiene un motor DOHC de 1.8 litros con una centralita reprogramada y mejoras en la admisión para subir, probablemente, a cerca de los 170-190 CV. También le han cambiado los frenos que han sido adaptados a las dimensiones de las llantas de aleación cromadas. Pero, ¿no deberían importar más los frenos que unas llantas más bonitas?
Para “disfrutar” del resto de este Acura Integra, unas cuantas fotos más:
Vía: carscoop
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