A este preparador lo conocemos en otras cosas por crear el BMW coupé más rápido del mundo. Pero esta vez G-Power es más comedida a la hora de realzar la potencia de un BMW y nos trae dos paquetes de potencia para el BMW M3 E46 y para el BMW Z4M. Dos “eme” que alcanzan la barrera de los 450 CV.
Son 107 los cuadrípedos que gana el motor de seis cilindros que utilizan estos dos modelos. El 3.2 litros recibe un compresor centrífugo ASA TM I 20 que no sólo sirve para incrementar la potencia sino para sumar unas cuantas unidades a su par máximo, que roza los 450 Nm. La curva de potencia y par no se ha sido publicado pero con toda seguridad esta fuerza es trasladada a las ruedas de forma contundente y alargada en las revoluciones. En cualquier caso estos M3 y Z4 M no vuelven a ser los mismos.
Especialmente el M3 E46 que supera en varias cifras a su evolución, el M3 E92, que cuenta ya con un potente V8. La más escandalosa es la de la aceleración desde parado hasta 200 km/h que el M3 G-Power hace en 14.7 segundos, más de un segundo de diferencia con el M3 actual. Por otro lado tanto el M3 como el Z4 M pasan a la siguiente línea divisoria de velocidad punta pues ya son capaces de atacar los 300 km/h. Cifras suicidas si no se apoyan en algo más que mayor potencia.
G-Power demuestra su calidad aportando estabilidad en carretera para ambos modelos a través de un suspensión coilover premium que cuenta con diversos ajustes de amortiguación, rebote y, sobre todo, altura. De esta manera se pueden permitir tener diferentes configuraciones para trazados de ciudad, carretera o directamente para circuito, donde ambos deben de dar el máximo de sí.
Para alcanzar las velocidades que prometen no sólo hacen falta unos muelles y amortiguadores mejores sino también unas buenas ruedas, parte esencial de cualquier automóvil. M3 y Z4 M incorporan unas gomas Michelin Pilot Sport en medidas 245/30 ZR 20 y 285/25 ZR 20 enlazadas a unas llantas de aleación de reducido peso. El complemento ideal llega también por unos nuevos frenos de mayor calibre, hay que poder acelerar fuertemente pero también frenar.
El redondeo final sirve directamente para el disfrute de los oídos: un silenciador deportivo agrega un “roncón” sonido que produce unas directas pero suaves vibraciones.
BMW M3 E46 G-Power
Vía: carscoop
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