El Mercedes Clase E – modelo W124 – ha sido uno de los mejores Mercedes en cuanto a calidad y durabilidad. Es impresionante ver la cantidad de ellos que funcionan perfectamente incluso después de más de 20 años rodando por las calles y carreteras. Es un coche que merece un respeto, sus líneas clásicas nunca deberían haber visto por lo que este ruso le ha hecho. A la vista de las imágenes está que el resultado final puede haber sido satisfactorio para su dueño, pero en general atenta contra el buen gusto.
A todo esto, se reconoce que es un W124 por la forma del habitáculo, cuadriculada y de pilares finos, de lo contrario sería imposible reconocerlo. El frontal lleva las luces de un CLK – o Clase C – y la calandra está claramente inspirada en el preparador Asma Design. Ya es una fuente de inspiración dudosa, y ahora el pobre Mercedes parece una mezcla entre una locomotora y una maquinilla de afeitar. Los cuatro antinieblas y el ensanchamiento de carrocería casi pasan desapercibidos en el maremágnum.
En la parte trasera parece haber un maletero de un Clase E moderno y los pilotos de freno de un pequeño SLK, sin olvidarse de las seis salidas de escape, ni que fuera un Bugatti. Para rematar la jugada, parece que se ha añadido una chapita en la que se puede leer “5.5”. Impresionaría de no ser porque nunca hubo un W124 con motor 5.5. Creo que ya lo tenemos visto para sentencia, que dictaminamos, ¿salvación u hoguera?
Vía: Carscoop
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