Es domingo, y qué mejor que uno de esos estudios extravagantes para relajarnos un poco. La web británica motors.co.uk – dedicada a la compra-venta de vehículos – ha encargado un estudio independiente con el objetivo de analizar nuestra relación con nuestro primer coche. Según Katie Armitage, directora de marketing, el amor que profesamos por nuestro primer coche es incondicional. Hasta tal punto idolatramos a esa máquina que según el estudio es un recuerdo más memorable que nuestro primer beso o pareja.
No sé hasta que punto vosotros los lectores de Diariomotor estáis de acuerdo, pero lo que no podemos negar es que ese coche ha representado el acceso a un nivel de independencia del que no disfrutábamos como adolescentes. En muchos casos nuestro primer coche es el segundo coche familiar o un utilitario de segunda mano adquirido por poco dinero, que bien cuidado puede durar bastantes años. El estudio – efectuado para Inglaterra – dice que el precio medio del primer coche es de unas 1.000 libras.
Independientemente de las fronteras, es el coche con el que aprendemos a conducir, el que se lleva los golpes y rayonazos y el que nos puede haber dejado tirados. Al cabo de unos años, la mecánica dice basta o tenemos dinero para un vehículo nuevo. Sustituimos a nuestro primer compañero, pero el recuerdo permanece. Otras investigaciones de este sondeo indican que las mujeres son las que más tienden a poner nombres abstractos al coche, mientras que los hombres preferimos poner nombres humanos a nuestros coches.
Finalmente, insisten en que se suele comprar ese coche sin hacer mucho caso a su historia o revisar su mecánica. La web ofrece una guía sobre cómo adquirir un coche con garantías, la podéis conseguir aquí si os interesa. En cualquier caso, nos gustaría que nos contáseis las experiencias con vuestro primer coche, si lo recordáis con cariño o si sólo permanecen los buenos momentos. A título personal, aún sigo con mi primer coche, un Peugeot 206 matriculado en 2001 con más de 200.000 km a sus espaldas.
Vía: Autoblog
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