Tras años de reclamaciones y sufrimiento de la comunidad motera parece que por fin se ve la luz al final del túnel de los guardarraíles asesinos, con un nuevo invento que promete la solución al problema, además de lograrlo a un precio excepcionalmente reducido. No obstante no todo es tan fácil como parece y veremos el porqué a continuación.
Ha sido dentro de nuestras propias fronteras donde Juan Arroyo Herrera, cabeza visible de Vialtech, ha patentado un protector de guardarraíles que aísla a motoristas y ciclistas de la tan temida amputación en caso de caída. Este reúne varios requisitos indispensables para su instalación en carreteras a gran escala pues está homologado, su instalación es sencilla y sus costes de mantenimiento nulos, además de ser apto para todo tipo de carreteras.
El nuevo protector llegará al mercado este otoño, al precio de 17 euros cada metro, mucho más competitivo que los de otras soluciones que oscilan entre los 26 y 36 euros por metro. Capaz de mantenerse en perfecto estado de funcionamiento durante 25 años, se adapta a los actuales guardarraíles pudiéndose regular en altura hasta 14 centímetros, lo que permite mantenerlo durante tres reasfaltados de la vía.
Su funcionamiento no podría ser más simple, la banda de material plástico aleja al motorista de los peligrosos pilares, al tiempo que absorbe un 80% del impacto. El motorista se acaba deteniendo por fricción contra el asfalto y el Railbag recupera de forma autónoma su forma y cualidades previas al incidente. La ecología también ha estado en la mente de los diseñadores que pueden realizar este producto a partir de elementos orgánicos o inorgánicos de deshecho.
Durante sus pruebas en el Centro de Investigación y Desarrollo del Automóvil se comprobó su eficacia en accidentes a 60,9 km/h con un maniquí de 86,20 kilogramos y actualmente se encuentra en proceso de homologación para impactos a 80 km/h.
Los primeros metros de Railbag ya velan por la seguridad de los motociclistas en Zaragoza, concretamente en la avenida Alcalde Gómez Laguna y la compañía se encuentra inmersa en la elaboración de la nueva normativa de guardarraíles que deberá aprobarse antes de 2011. Estimaciones internas a la empresa calculan que el próximo año un total de 11 millones de euros de su producto serán adquiridos, que sólo cubrirían 9.000 de los actuales 160.000 kilómetros instalados y sólo aparecerían en los nuevos guardarraíles, mientras que los viejos permanecerían igual.
Vía: El Mundo
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