Un equipo de ingenieros de Daimler se propusieron un reto hace unas semanas, injertar un motor moderno en una berlina Mercedes de 18 años de antigüedad, evaluando el resultado e implicaciones técnicas. Antes de desvelar el excelente resultado y un apasionante proceso de montaje, conozcamos al coche que recibirá el transplante. Se trata de un Mercedes 190 2.6 Sportline matriculado en el año 1992, propiedad de Peter Lehmann, el encargado del proyecto y un apasionado de los W201.
Inicialmente dotado con un seis cilindros en línea de 168 CV de potencia, obtenía unas prestaciones muy buenas gracias a un peso de sólo 1.197 kilos. Aceleraba hasta los 100 km/h en 7.8 segundos y alcanzaba una velocidad punta de 212 km/h. Era uno de los modelos más dinámicos de la gama, empleaba una suspensión de tarado deportivo y su equipo de frenos era más potente que el de sus hermanos de gama. Se ha extraido su motor original y en su lugar el equipo ha montado un OM651 de última generación.
El OM651 es el turbodiésel 2.1 twin-turbo que podemos encontrar en los Mercedes E 250 CDI y C 250 CDI. Entrega la friolera de 204 CV a 4.400 rpm y un par máximo asombroso, 500 Nm entre las 1.600 y las 1.800 rpm. El espacio no ha sido el problema en los trabajos realizados en la bahía del motor, sino su adaptación al W201. Se ha empleado el cárter de una furgoneta Mercedes Sprinter o el diferencial trasero del Mercedes Clase C 320 de los años 90 (W203) entre otras modificaciones mecánicas.
Agrandar el túnel de la transmisión para dar cabida a una caja de cambios de seis marchas tampoco ha sido un problema, pero si ha habido problemas con la electrónica. En los años 80 y primeros de los 90 los Mercedes 190 no llevaban el CAN Bus estandarizado de los actuales coches, por lo que el motor OM651 y el ABS no se podían comunicar con la escasa electrónica del 190. La solución fue hacer creer a la mecánica que estaba en un banco de pruebas mediante un cajón electrónico ubicado en el maletero.
Una vez superados todos estos baches en el camino el motor estaba preparado para ofrecer lo mejor de sí mismo en un envoltorio clásico. Los ingenieros afirman que resulta apasionante disponer de la enorme fuerza de esos 500 Nm en un coche que originalmente disponía como mucho de 245 Nm. Gracias a un peso ligero – 385 kilos más ligero que el Mercedes C 250 CDI BlueEFFICIENCY – este 190 D BlueEFFICIENCY tiene unas prestaciones en verdad impresionantes, casi inesperadas.
Acelera hasta los 100 km/h en 6.2 segundos, 11.9 segundos más rápido que el glacialmente lento Mercedes 190 D 2.5, una de las opciones diésel más vendidas en la gama 190. Su consumo medio de combustible según el actual ciclo europeo de homolgación es de sólo 4.9 l/100 km, menos incluso que el actual Mercedes C 250 CDI. Aunque es menos aerodinámico que el actual Clase C W204 – un Cx de 0.34 frente a 0.27 – el peso se deja notar mucho en los consumos.
Y llegamos como quien no quiere la cosa a uno de los males endémicos de los coches actuales, un peso excesivo, que por otra parte nos permite disfrutar de un amplio equipamiento y amplia seguridad activa y pasiva. Fabricantes como Mazda buscan que los nuevos modelos sean cada vez más ligeros y este Mercedes 190 D BlueEFFICIENCY experimental muestra los resultados que se pueden lograr. A continuación os dejamos una completa galería de imágenes de este semi-clásico modernizado.
Mercedes 190 D BlueEFFICIENCY
Vía: Mercedes
En Diariomotor: Mercedes C250 CDI BlueEFFICIENCY