Desde la misma invención del automóvil, en tierras alemanas siempre han tenido una gran tradición automovilística. No es para menos teniendo en cuenta que la primera patente de un vehículo surgió en Alemania en 1886, con el Motorwagen de Karl Benz. A la vez, sus mayores constructores locales han ido labrándose, en la mayoría de las ocasiones merecidamente, una fama de fabricar coches con una gran ingeniería y tecnología a sus espaldas, durables y fiables y a la vez dotados de mecánicas y soluciones muchas veces avanzadas a su tiempo que los sitúan en cabeza.
Quizás a estas alturas podamos pensar que esto no son más que estereotipos trasnochados y grandes tópicos, dada la igualdad existente entre la industria del automóvil actual, pero lo cierto es que esto se aprecia habitualmente a distintas escalas, desde los utilitarios alemanes más vendidos a los coches más deportivos y prestacionales. Por supuesto, sus detractores también existen y afirman que su diseño puede ser cuadriculado o insulso, que no transmiten emoción en su conducción como un buen deportivo italiano o bien que los japoneses hace años que les adelantaron con su saber hacer a la hora de fabricar vehículos fiables ante todo. De cualquier forma, es innegable la amplia influencia histórica que ha tenido la industria alemana en el mundo del automóvil europeo y mundial.
Grandes modelos han salido de tierras teutonas: algunos ejemplos son el VW Beetle, Porsche 911 o Mercedes 300 SL, sin dejar de mencionar importantes modelos previos a la Segunda Guerra Mundial como el Audi 14-35 Type C Alpensieger o las Flechas de Plata de Daimler-Benz y Auto Union. ¿Cuáles son los diez modelos alemanes de producción más importantes, influyentes o recordados? A continuación trataremos de darles un breve repaso, no centrándonos especialmente en su calidad sino más bien en su influencia o importancia histórica: no están todos los que son, pero sí son todos lo que están…
Trabant (1957)
El Trabant fue el coche que motorizó a la Alemania del Este hasta la caída del muro de Berlín. Coche popular donde los hubiere, el Trabbi no se caracterizaba por su finura, calidad o prestaciones, más bien al contrario: era un coche rústico y sencillo a más no poder, pero asequible para las masas, de bajo mantenimiento con su motor dos tiempos y durable. En total se llegaron a producir más de tres millones de unidades hasta el cese de su producción en 1991.
BMW 507 (1955)
Max Hoffman, por aquel entonces importador de BMW para los Estados Unidos, convenció a la marca bávara para fabricar un roadster destinado a la exportación que demostrase la verdadera capacidad de la marca. El BMW 507 marcó la definitiva resurrección de los de Munich tras la posguerra y se convirtió en todo un estandarte, conservándose con el paso de los años como uno de los BMW más bonitos e influyentes junto con el posterior y también excepcional BMW M1.
El 507 montaba un motor de 3.200 centímetros cúbicos y 8 cilindros en V que proporcionaba 150 CV, y como anécdota destacar que se convirtió en el coche de Elvis Presley en el tiempo que estuvo destinado en Alemania cumpliendo el servicio militar.
Mercedes-Benz 450 SE/SEL (1972)
A comienzos de los años ´70, el Clase S W116 fabricado por Mercedes supuso una enorme evolución en el segmento de las grandes berlinas de lujo y representación. Hasta 1980 el 450 SE o SEL (de batalla alargada) fue el buque insignia de la marca de la estrella, con un potente motor 4.5 V8 (también hubo limitadas unidades con un 6.9 litros) y con una fiabilidad a prueba de bombas, un confort extraordinario y un lujo superlativo. Uno de los favoritos de los grandes jeques y de los hombres de negocios y poder.
Volkswagen Golf (1974)/Golf GTI (1976)
En el año 1974 salía al mercado el VW Golf, el sustituto natural de un ya veterano VW Käfer, inaugurando el segmento de los compactos tal y como los conocemos hoy en día. Se trataba de un coche de menos de cuatro metros, motor y tracción delantera, una habitabilidad interesante para sus reducidas dimensiones exteriores y motores eficientes y de bajo consumo.
Sin embargo, la gloria definitiva llegaría a partir de 1976, cuando se dio vía libre a la comercialización de la versión GTI, un pequeño deportivo también de tracción con un reducido peso de menos de 800 Kilogramos y un interesante motor 1.6 de inyección que proporcionaba 110 CV y unas prestaciones sorprendentes. Un auténtico matagigantes al alcance de muchos compradores.
El resto de la historia del modelo hasta nuestros días ya es precisamente eso, historia: seis generaciones a sus espaldas, nuevas evoluciones e innovaciones tecnológicas y más de 25 millones de unidades vendidas en todo el planeta.
Audi Coupé quattro (1980)
Aunque hoy en día el Audi R8 es el máximo exponente tecnológico de la firma de Ingolstadt y podría ser también un buen ejemplo, hay que apreciar todo lo que significó el Audi Quattro Coupé en la década de los ´80. Audi había vuelto al olimpo automovilístico sin intención de marcharse, y en 1980 enseña al mundo el primer turismo destinado a su producción en serie con tracción integral y vocación claramente deportiva, todo un éxito posteriormente en el Mundial de Rallyes que popularizó la tecnología haciendo que las demás marcas comenzasen a considerar la tracción integral para sus deportivos de competición y para algunos de sus turismos de serie.
Porsche 356 (1948)
El Porsche 356 fue el primer coche fabricado en serie por Ferdinand “Ferry” Porsche llevando el apellido como marca y la piedra angular sobre la que se asentaría el incipiente futuro de la marca. En producción hasta 1965 y con base mecánica en el Volkswagen, la carrocería del 356 se construyó en sus primeras unidades en Gmünd (Austria) artesanalmente y en aluminio, para posteriormente iniciarse la producción (ya con carrocería de acero) en lo que es hoy la sede de la marca, en Zuffenhausen (Stuttgart).
Mercedes-Benz 300 SL (1955)
Todo un clásico con mayúsculas, el 300 SL Gullwing se hizo rápidamente famoso por sus puertas con apertura en forma de alas de gaviota. Un compendio de elegancia y deportividad en la época que fue desarrollado por Mercedes ante la insistencia de Max Hoffman (de nuevo), también importador de la marca para EE.UU. Con su chasis tubular y su motor de 6 cilindros, 2.995 centímetros cúbicos, podía alcanzar los 245 Km/h (una cifra casi inalcanzable para un modelo de calle en los años ´50) y se convirtió en un clásico instantáneo y es uno de los modelos de la marca de todos los tiempos más cotizados hoy en día.
BMW 2002 (1968)
Quizás el modelo culmen de la Neue Klass de BMW en los años ´60, el antecesor del exitoso Serie 3 supuso un origen para las berlinas deportivas con la aparición del 2002 Tii fabricado entre 1972 y 1974 o el 2002 Turbo. La producción del 2002 cesó en 1976, pero su filosofía y estética (sobre todo el destacado frontal con sus característicos faros y parrilla) continuaron muy presentes influenciando en cierto modo todos los modelos posteriores de la marca de la hélice.
Volkswagen Beetle (1938)
El VW Type 1, más conocido por Beetle, Escarabajo, Vocho, Käfer, o Maggiolino, es sin duda por méritos propios uno de los automóviles más populares de todos los tiempos. En producción hasta el año 2003, con más de 21 millones de unidades vendidas en total, fue un coche muy influyente en la sociedad y en la cultura popular y tuvo numerosas carrocerías y derivaciones, incluso hasta de uso militar. Nacido para ser “el coche del pueblo”, su alcance como simple medio de transporte traspasó todos los límites imaginables en un inicio, llegando a ser incluso un icono hippie, de la cultura sesentera, de las preparaciones e incluso haciendo incursiones en el cine con la saga “Herbie”.
Porsche 911 (1964)
Modelo talismán de Porsche y quizás el deportivo por antonomasia, el nueveonce fue el sucesor del 356. Con su anticuada concepción mecánica del todo atrás (motor colgado tras el eje trasero y propulsión) y motores bóxer de seis cilindros refrigerados por aire, su característica estética y su concepción (salvo que actualmente el motor ya tiene refrigeración líquida desde la generación 996) continúan plenamente vigentes en la actualidad tras numerosas evoluciones y distintas generaciones. Según los más acérrimos puristas, el único vehículo que debería fabricar Porsche.
Actualmente dispone de versiones con tracción integral o propulsión, motores atmosféricos o turbo y versiones más radicales, como las GT2 o GT3, casi de competición homologadas para calle. Un clásico inmortal y atemporal.
Vía: Askmen.com
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