Continuando con nuestras impresiones sobre todas las novedades del Salón de Frankfurt también se ha podido ver en vivo al nuevo Citroën C3, uno de los próximos superventas del segmento y también de los utilitarios más llamativos en cuanto a diseño, sobre todo si tenemos en cuenta el cambio radical que ha dado con su antecesor.
Con el Citroën C3, la marca de los chevrones parece que quiere reverdecer viejos laureles y no competir únicamente por sus habituales buenos precios. La personalidad de la marca se encuentra impregnada en todos los poros del coche: adiós a los coches que pretenden agradar a todo el mundo y a nadie en particular, lo cual no suele provocar más que indiferencia. En esta ocasión, la marca apuesta fuerte con un diseño distinto a lo habitual y con toques de modernidad e innovación, lo que hará que te encante o lo odies.
Continúa la típica línea con forma de “huevo”, con los pilares A y C dibujando una curva muy marcada, pero ahora la sensación es muy distinta, subiendo un escalón en apariencia. Los faros delanteros, los abundantes cromados y las ópticas traseras le sientan muy bien al nuevo C3.
Y si por fuera la sensación es positiva, dando impresión de un coche de mayor calidad, por dentro ocurre más de lo mismo. El interior comparte rasgos y algún que otro elemento con el Citroën DS3, su hermano de tres puertas con aspiraciones más elevadas, aunque en el caso del C3 se nota que van dirigidos a públicos bastante distintos, porque el DS3 cuida más los acabados, la apariencia y los pequeños detalles.
Los asientos del Citroën C3 no tienen contornos tan deportivos y marcados como en el Citroën DS3, la posición al volante es ligeramente más elevada y la sensación de espacio interior y luminosidad es mayor en el C3, sobre todo en las plazas traseras, gracias a su mayor superficie acristalada. Conceptos distintos orientados a clientes distintos.
Citroën C3 en Frankfurt 2009
En Diariomotor: Citroën C3 2010 | Citroën DS3, el rival del Mini en Frankfurt 2009 | Citroën DS3