El renovado Volvo C30 nos mostró su nueva “cara” en el Salón de Frankfurt haciendo gala de su estilo deportivo que se deja ver incluso en las versiones más básicas y ahorradoras como el 1.6 DRIVe Start/Stop con unas emisiones de CO2 por debajo de los 100 g/km y que se hace aún más patente en los modelos equipados con el kit estético deportivo y en las versiones R-Design.
Debido a que la carrocería del Volvo C30 apenas ha recibido cambios aparte de algunos ligeros retoques estéticos, la capacidad del habitáculo y del maletero sigue siendo la misma que antes y como se aprecia en las imágenes seguirá contando con la original tapa que separa el maletero del habitáculo, a diferencia del sistema empleado en otros compactos de estilo coupé como el Volkswagen Scirocco, que emplea el estilo tradicional de la bandeja que se levanta junto con el portón trasero.
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Personalmente este sistema me parece original y útil para el día a día, y aunque a priori parezca que limita demasiado el espacio de carga, si en un momento dado quisieramos cargar algún objeto voluminoso la bandeja se puede extraer completamente en apenas unos segundos. Con un maletero de 251 litros su capacidad sigue siendo ligeramente inferior a la del Volkswagen Scirocco, con 290 litros.
A falta de un análisis comparativo de los distintos acabados y colores que se ofrezcan para el interior de la nueva gama del Volvo C30, la disposición de los elementos es muy similar a la de su predecesor, con el navegador (opcional) integrado en el salpicadero y la consola central con todos los controles del climatizador y el equipo multimedia y un pequeño portaobjetos y un cómodo reposabrazos.
Por otro lado el puesto de conducción sigue siendo bastante bajo (aunque el asiento del conductor es regulable en altura) sin que llegue a resultar incómodo, pero siendo un importante punto a su favor para los que quieran disfrutar puntualmente de la conducción de este compacto de tres puertas.
Volvo C30 en Frankfurt 2009
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