El Mazda CX-7 llega al mercado español renovado, tanto por fuera como por dentro. Permanecen intactos sin embargo sus cinco plazas y su estilo de “todoterreno de ciudad”.
Hay tres acabados que se reparten todo el equipamiento: Active, Active+_ y Luxury. Como se había anticipado el más básico no desmerece en absoluto por lo que incluye, que no deja huecos sin cubrir en seguridad: control de estabilidad y de tracción, airbags delanteros, de cabeza y laterales, dirección asistida electrohidráulica. etc
El Active incorpora además climatizador automático, mando a distancia, retrovisores abatibles y ajustables eléctricamente, ordenador de viaje, radio CD-MP3 con mandos en el volante, pantalla multifunción, llantas de aleación de 18”, etc. En este acabado también se incluye el cuero para el volante y para la palanca de cambios, el bolsillo en el respaldo del asiento del acompañante, el reposabrazos trasero con posavasos o el cubremaletero.
La ‘+’ de Active+ significa que se añaden bastantes cosas al nivel anterior. Entre otras cosas los faros antiniebla, la cámara de visión trasera, el control de velocidad de crucero o el testigo de presión de neumáticos a favor de la seguridad. El sensor de lluvia y de luces también es un equipamiento de serie junto al radio CD-MP3 con cargador de 6 CDs, entrada auxiliar, conexión Bluetooth y pantalla de 4.1”.
Por último, el Mazda CX-7 Luxury suma nuevas tecnologías como el asistente de cambio de carril RVM, los faros de xenón, acceso y arranque sin llave, asientos delanteros con reglaje eléctrico, un equipo de sonido Bose Centerpoint, tapicería de cuero, acabado interior en Piano Black y llantas de aleación de 19”. El extra más interesante con este acabado es el techo solar que cuesta 750 euros más.
El motor diésel 2.2 CRTD de 173 CV tiene claramente todas las papeletas para ser un éxito en ventas. ¿Por qué? Porque es fuerte y contundente, lo suficiente para un SUV como el CX-7, porque consume mucho menos que el gasolina y porque es más barato que él. El CRTD gasta 7.5 litros/100 km y, a igualdad de equipamiento, cuesta 2.950 euros menos que el 2.3 DISI de 260 CV.
La agilidad del CX-7 a gasóleo se mide por su aceleración, que le permite hacer el 0-100 km/h en 11.3 segundos, o por su velocidad máxima que ronda los 200 km/h. En cambio el gasolina turbo, con sus enormes 380 Nm de par máximo, permiten mejorar los valores citados a 8.2 segundos y a 211 km/h respectivamente.
El CX-7 más barato equipa el motor diésel y el acabado Active por 30.800 euros.
Mazda CX-7 2.2 CRTD 173 CV Active – 30.800 euros
Mazda CX-7 2.2 CRTD 173 CV Active+ – 33.450 euros
Mazda CX-7 2.2 CRTD 173 CV Luxury – 36.450 euros
Mazda CX-7 2.2 CRTD 173 CV Luxury TS – 37.200 euros
Mazda CX-7 2.3 DISI Turbo 260 CV Luxury – 39.400 euros
Mazda CX-7 2.3 DISI Turbo 260 CV Luxury TS – 40.150 euros
Mazda CX-7 2010.
Vía: Mazda
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