Comienza la 41ª edición del Salón del Automóvil de Tokio, pero lejos del esplendor de años anteriores. El antaño pujante salón del país del sol naciente que mostraba al mundo de lo que eran capaces los fabricantes japoneses, este año se ha convertido en algo así como una puesta de sol, en una muestra dirigida casi exclusivamente al mercado local, superada por el empuje de los salones de Shanghai y Pekín y devaluada por la ausencia de la práctica totalidad de fabricantes no japoneses. Algo así como organizar una espléndida fiesta de cumpleaños y ver que tus mejores amigos rechazan tu invitación.
Los organizadores de este año tuvieron buen tino al no seguir la costumbre de incluir la palabra “International” en el cartel oficial del evento. Al final, los expositores extranjeros se pueden contar con los dedos de una mano. Alpina, especializada en tunear BMW, se ha presentado en señal de agradecimiento a sus numerosos clientes japoneses; Lotus y Caterham pretenden mostrar al público asiático su personal manera de entender el placer de conducir. Para plantar cara a la poderosa industria motociclista de Japón, Harley Davidson ha desplazado toda una piara de “cerditos de Millwaukee”.
A pesar de todo, los fabricantes japoneses tienen motivos para disfrutar de la fiesta, aunque sea casi privada. Tras 13 meses continuados contemplando cómo bajaban las ventas, septiembre les tranquilzó con un repunte del 9,2%. Las ayudas estatales, las ventajas fiscales para los coches menos contaminantes y la implantación de una tarifa plana de 1.000 yenes (unos 7 euros) para usar las autopistas durante el fin de semana han contribuido a invertir la tendencia del mercado.
En el país que estrenó el coche híbrido (hace más de 10 años) y siguiendo la tendencia actual, el coche eléctrico (en todas sus modalidades) volverá a ser el protagonista principal de la muestra. Con tanto cable tirado por el suelo, más que un salón de coches parece el escenario donde los Scorpions grabaron su famoso “Tokyo Tapes”. Los coches de verdad parecen haber sido ubicados de forma estratégica para que nadie se marche con la sensación de haber visitado una juguetería.
Durante estos días, estaremos atentos a las sorpresas que nos pueda deparar esta fiesta japonesa del automóvil. De momento, aquí os dejo unas primeras impresiones.
Salón de Tokio 2009
Fotos: UP
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