Los dos muestran orgullosos el nombre de familia: Lamborghini; pero a pesar de compartir parte de su código genético, las diferencias irreconciliables que muestran sus principales características técnicas hace casi imposible considerarlos como hermanos, sobre todo para los que desconocen la historia de la marca.
Un único dato ya nos pone sobre la pista de que estamos ante un duelo tremendamente desigual: uno tiene 560 CV de potencia máxima; el otro solo puede presumir de 270 CV. Sin embargo, esta no es su diferencia más acusada.
Uno tiene 540 Nm. de par máximo; el otro la friolera de 1.053 Nm.
Uno emplea un motor de 10 cilindros en V; el otro se conforma con 6.
5.000 centímetros cúbicos de cilindrada contra 7,1 litros.
Uno tiene una altura de 1,19 metros; el otro pasa de los 3 metros.
Uno puede alcanzar una velocidad 324 km/h; el otro apenas llega a 50.
Uno pesa alrededor de 1,5 toneladas; el otro casi 10.
Los depósitos de combustible tampoco son comparables: 80 litros contra 585.
Diferencia de precios: 192.000 euros frente a 270.000.
Por si todo esto no fuera suficiente, los neumáticos traseros son el colmo de la disparidad: 295/30ZR19 frenta a unos descomunales 710/70R42.
Muchos habréis adivinado el nombre del primero, el Lamborghini Gallardo Spyder, el benjamín de las superdeportivos de la casa italiana. El otro responde al nombre de Lamborghini R8 270CDR, el máximo exponente actual de la tradición que dió nombre a la marca. En este video podeis verlos dando una vuelta juntos y elegir cual de los dos resulta más impresionante al verlo circular por carretera.
Vía: autobild.tv
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