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El neumático: denominaciones, medidas y consejos de seguridad

Para los no iniciados, la combinación de cifras y letras que exhiben los neumáticos en su flanco lateral puede ser un misterio o una incógnita, pero tiene su significado y es importante conocerlo ya que se trata de una de las partes más importantes del vehículo en cuanto a seguridad: es el único elemento que nos une directamente al asfalto, encargándose gracias a la adherencia que proporcionan de ofrecer una buena tracción, frenada o agarre en curva, lo cual cobra todavía más importancia en condiciones delicadas del asfalto, como con lluvia, hielo o nieve.

Tipos de neumáticos hay muchos, casi podría decirse que uno para cada necesidad, así como medidas o características diferentes. Pero en todos ellos es común un sistema de denominación, que se rige por las leyes vigentes. Cada vehículo tiene una serie de medidas homologadas, todas ellas equivalentes entre sí, que figuran en la ficha técnica del vehículo. Para que una medida de neumático sea totalmente equivalente no se puede superar una variación del 3% hacia arriba o hacia abajo sobre el total del diámetro del conjunto neumático-llanta de serie del vehículo, y además han de tener un índice de capacidad de carga y un código de velocidad igual o superior al recomendado por el fabricante y que figura en la ficha técnica.

Neumáticos

Esto quiere decir que podremos montar en nuestro vehículo un neumático distinto a la medida que traía de origen en perfil, anchura, tamaño de llanta o varias cosas a la vez. La nueva medida ha de ser equivalente, respetando así el camino recorrido por cada giro de la rueda (con una tolerancia entre + 3% y – 3%). Así nos aseguraremos no modificar aspectos como los desarrollos, la correcta medición del velocímetro y no tendremos problemas con la legalidad ni con la ITV. En la web existen sencillas calculadoras de medidas equivalentes, como la de Arpem o la de Teleneumático.

Actualmente, la práctica totalidad de los neumáticos de los vehículos son de tipo radial y sin cámara (tubeless). Para nuestro vehículo podemos montar distintos tipos de neumáticos, cada uno de ellos apropiado para un uso determinado. Los más habituales, sobre todo en nuestro país, son los neumáticos de verano, aptos para asfalto seco y para temperaturas moderadas (también válidos para lluvia). En España tenemos muy poca tradición en el uso de los neumáticos de invierno, pero son muy aconsejables por su mayor seguridad en las estaciones frías del año.

Este último tipo de neumáticos llevan la denominación M+S (Mud+Snow) y son apropiados para circular sobre nieve, pudiendo prescindir con ellos de las tan habituales y molestas cadenas, y también sobre hielo o lluvia, preferiblemente con temperatura ambiental inferior a los 7º u 8º, ya que para temperaturas considerablemente más elevadas se desgastarían prematuramente. Sus características son más apropiadas para estas condiciones gracias a un compuesto más blando y a unas laminillas en la banda de rodadura que se encargan de mejorar el agarre en asfalto deslizante. Generalmente se suelen usar en un código de velocidad inferior al de los neumáticos de verano equivalentes.

Neumáticos

¿Cómo leer e interpretar la denominación de un neumático? Los flancos de los neumáticos nos pueden proporcionar mucha información si la sabemos descifrar. Os explicaremos las principales variables teniendo en cuenta el desglose de la imagen inmediatamente superior:

Medida del neumático (por ejemplo, 195/65 R15 91H)

1) Anchura, expresada en milímetros (en este caso, 195 milímetros)

2) Perfil del neumático, o relación entre altura y anchura, expresado en % (en este caso, 65)

3) Tipo de construcción. La “R” expresa que es radial. Hoy en día, prácticamente todos los neumáticos son radiales.

4) Diámetro de la llanta, en pulgadas (en este caso, 15 pulgadas)

5) Índice de carga. Es la máxima capacidad de carga que puede aguantar cada neumático. Por ejemplo, tenemos:

  • 85: hasta 515 Kg
  • 86: hasta 530 Kg
  • 87: hasta 545 Kg
  • 88: hasta 560 Kg
  • 89: hasta 580 Kg
  • 90: hasta 600 Kg
  • 91: hasta 615 Kg
  • 92: hasta 630 Kg
  • 93: hasta 650 Kg

6) Código de velocidad. Cada letra corresponde a un código que indica la velocidad máxima que puede soportar el neumático. Por ejmplo, las más habituales son:

  • T: hasta 190 km/h
  • H: hasta 210 km/h
  • V: hasta 240 km/h
  • W: hasta 270 km/h
  • Y: hasta 300 km/h
  • ZR: > 240 km/h

7) “Radial Tubeless“. Neumático sin cámara (también la absoluta mayoría de los neumáticos de hoy en día).

8) Marcado CE de la Unión Europea, incluyendo número de autorización.

9) Marcas exteriores de desgaste.

10) En este caso, nos encontramos con la inscripción M+S (Mud+Snow), lo cual informa de que el neumático es adecuado para barro y nieve.

11) Símbolo de que es válido para nieve.

12) Fecha de fabricación, expresada en semana y año. Si nos encontramos, por ejemplo, con 1208 esto nos indicaría de que ha sido fabricado en la semana 12 del año 2008.

13) Símbolo de homologación

14) Código del neumático

15) País de fabricación del neumático. Si han sido fabricadas en España, por ejemplo, nos encontraríamos con ES.

16) Denominación comercial del neumático

17) Datos y características de la estructura de construcción del neumático.

Neumáticos

Para terminar, os daremos unos pequeños consejos de seguridad relacionados con los neumáticos. La regla de oro es que nunca hemos de escatimar en el neumático, porque al fin y al cabo así tampoco escatimaremos en nuestra seguridad. La diferencia entre frenar cinco metros antes o cinco metros después, por ejemplo, puede permitirnos evitar una colisión por alcance o un atropello. Además, unos neumáticos en buen estado minimizarán los riesgos del aquaplaning sobre suelo mojado. Es preferible confiar en neumáticos de primeras marcas y de reconocida valía, y también seguir las siguientes reglas básicas:

  • Vigilar el desgaste de la banda de rodadura. Por ley, el dibujo ha de tener una profundidad mayor de 1.6 milímetros, pero no conviene llegar a este extremo. Mejor si los cambiamos antes de que desciendan de los 3 milímetros de profundidad.
  • Realizar una revisión visual del neumático, por si apreciamos cortes, bollos u objetos clavados en el neumático.
  • Si nuestros neumáticos tienen más de cinco años de antigüedad desde su fecha de fabricación, conviene sustituirlos por unos nuevos aunque por profundidad de dibujo no se encuentren completamente desgastados, ya que el compuesto va perdiendo sus propiedades debido al paso del tiempo y a la acción de contaminantes y agentes atmosféricos, llegando a cristalizar el caucho.
  • Revisar frecuentemente la presión de los neumáticos, preferiblemente con un manómetro propio preciso y bien calibrado y comprobar que las presiones son las recomendadas por el fabricante según las distintas condiciones de carga o uso.
  • Si tenemos que cambiar un neumático debido a un pinchazo o reventón, nunca debemos cambiarlo sólo. Deberemos de cambiar, como mínimo, los dos neumáticos del mismo eje.
  • Si el neumático presenta un desgaste irregular, conviene alinear la dirección y controlar las cotas de la suspensión. Además, siempre conviene que los neumáticos estén convenientemente equilibrados para evitar desgastes irregulares o vibraciones indeseadas.

Vía: Circula Seguro | Arpem
Imágenes: Autofácil (II), Arpem (III)
En Diariomotor: Consecuencias de una baja presión de los neumáticos | Michelin Energy Saver | La DGT empezará a multar a aquellos con neumáticos en mal estado

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Fran López

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