En estos días se hacen 25 años del lanzamiento del BMW M5, una berlina deportiva que a principios de los años 80 ya llevaba un motor 3.5 de seis cilindros en línea y 286 CV de potencia. No tardaba en convertirse en la berlina más rápida del mundo, récord aún que ostentaba 15 años después el BMW M5 E39. Para marcar una fecha tan especial los ingenieros de BMW han fabricado un M5 CSL, una pieza única e irrepetible que jamás se pondrá a la venta. En sus propias palabras, “es el BMW M5 que nunca pudimos fabricar”.
Las siglas CSL nos evocan inmediatamente a cierto BMW M3 E46, aligerado y potenciado para lograr un desempeño de auténtica locura. La berlina de cuatro puertas recibe un tratamiento similar, perdiendo 50 kg y rebajando su centro de gravedad debido a la sustitución del techo metálico por otro construido en fibra de carbono. El peso total se reduce desde los 1.830 kg de fábrica hasta los 1.780 kg de este prototipo único. “Quítame un kilo antes de darme un caballo, pero también dame más caballos”.
Debe ser algo parecido a lo que han pensado en BMW Motorsport. ¿Por qué conformarse con los 507 CV de serie? Seguro, podrían haber acoplado un doble turbo y sacado 700 CV sin complicarse, pero han preferido hacer bien las cosas y no dejarse llevar por la sobrealimentación, fieles al auténtico espíritu de Motorsport. Han aumentado su cilindrada hasta los 5.5 litros, acoplado colectores de fibra de carbono y mejorado la admisión, además de instalar un sistema adicional de refrigeración del aceite y tocado la ECU.
El resultado final es una potencia de unos 580 CV y un par máximo de alrededor de 550 Nm. Unos valores que a buen seguro reducen el 0 a 100 km/h por debajo de los 4.1 segundos del modelo de producción. Los cambios no terminan aquí, hablando de aceleraciones, Motorsport se olvida de manuales o la SMG-III e instala una M-DCT de doble embrague y siete relaciones. Es la misma unidad que se monta en los BMW M3 o 335i, pero ha sido convenientemente reforzada para aguantar el mayor empujón de par.
En el habitáculo también ha habido transformaciones, el equipamiento de serie está inalterado pero los asientos delanteros tienen una estructura de fibra de carbono y la banqueta trasera ya no existe. El BMW M5 CSL ha dado unas cuantas vueltas al Nürburgring, a los mandos de Claudia Hürtgen, experimentada piloto de competición. Aún con la pista sin cerrar y un esquema de suspensión idéntico al M5, el CSL ha rebajado en 20 segundos el tiempo de su hermano mellizo, con menos de 7:50.
La piloto comenta que la potencia se deja notar al salir de las curvas y en las rectas, llegando a alcanzarse los 300 km/h al pasar bajo el puente en Doettinger Hohe, el punto más rápido del circuito. A pesar del esfuerzo y coste del CSL el jefe de BMW Motorsport es contundente: “nos hemos divertido mucho desarrollando el M5 CSL, pero ahora nos debemos concentrar en el próximo M5. Jamás se producirá en serie.”
Vía: Skiddmark
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