Las ayudas del gobierno alemán para comprar un coche nuevo y achatarrar uno viejo (la llamada Abwrackprämie) han llegado a su fin y comienzan a aparecer los balances finales de la medida. Unas ayudas instauradas el 1 de enero de este año que contemplaban un aporte de 2.500 euros para todo aquel cliente particular que adquiriera un coche nuevo (sin tener en cuenta sus emisiones de CO2) y, al mismo tiempo, diera de baja un coche de más de 9 años de antigüedad.
En la parte ganadora, los más de 800.000 nuevos vehículos que, gracias a esta medida, descansan, o lo harán en breve, en el garaje de sus propietarios. En el lado de los perdedores, un buen puñado de pequeñas joyas de la historia del automóvil condenadas a muerte a cambio de los 2.500 euros que ofrecía el gobierno por su achatarramiento. Aunque los informes no hablan del estado de conservación de los coches sacrificados, está claro que muchos de ellos tenían un valor, aunque solo fuera sentimental, muy superior.
Aparte de los muchos miles de coches viejos que recibieron su justo descanso en el desguace más cercano, hubo otros que no merecían tan trágico final. Aquellos que, a pesar de sus achaques, aún podrían haber disfrutado de una larga vida como entrañables “clásicos”. El parte de guerra del organismo oficial encargado de gestionar las bajas (el BAFTA) ofrece algunos datos que más de uno de nosotros estaría dispuesto a calificar como crímenes contra la humanidad. Estos son algunos de los ejemplos más sangrantes:
VW Porsche 914: 5 ejemplares acabaron en el desguace.
Porsche 944: 17 ejemplares
Porsche 924: 31 ejemplares
VW Escarabajo: 170
VW Scirocco: 273
VW Corrado: 15
Opel Admiral: 5
Opel Record 45
Opel Manta. 8
Opel Calibra: 877
Trabant: 335
Jaguar XJ: 10
Mini Rover: 138
Ford Capri: 14
Audi 50: 5
Citroen 2CV: 76
Renault 4: 17
BMW 700: 7
Audi 200: 18
Citroen SM: 5
NSU Auto Union: 58
Ford Taunus: 18
VW Iltis: 5
Vía: ams
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