Volkswagen y la prestigiosa Stanford University han empezado un ambicioso proyecto de colaboración para el desarrollo de vehículos autónomos. Los chicos de Stanford tienen mucha experiencia en el tema, con múltiples participaciones en el DARPA con éxito, una competición en la que vehículos sin conductor deben afrontar una dura etapa en el desierto sin ayuda humana. El Volkswagen Automotive Innovation Lab (VAIL) nace con 5 millones de dólares bajo el brazo y grandes promesas de futuro.
Y porque no se van a quedar en agua de borrajas, están trabajando en un Audi TT-S que acometerá el ascenso a Pikes Peak sin conductor y con mínimas modificaciones. Dos cámaras en alta resolución son sus ojos y un GPS monitorizará en todo momento su posición. El equipo informático tras el deportivo es muy extenso, se basa en lenguaje Java y ha sido desarrollado con la ayuda de Sun Microsystems. Toda la informática gobierna el CAN Bus del coche, básicamente los sistemas que lo hacen moverse.
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Como los controles son de tipo by-wire – no hay conexión física entre pedales y motor – no es necesario un sistema que oprima el acelerador o el freno. No se ha escogido un TT-S manual por razones obvias y el volante sí necesita ser movido eléctricamente, cortesía de ERL Electronics y su sistema experimental APA-BS, que llegará a vehículos de producción. El resultado de esta endiablada jungla técnica es que el coche se conduce sólo, incluso al límite, puede seguir carreteras complicadas y se adapta a situaciones cambiantes.
Un vídeo vale más que mil palabras.
Como habréis podido comprobar, una mula de pruebas hace drifting sin que los ocupantes tengan que tocar nada y el TT-S final se lo pasa de miedo en los Boneville Salt Flats. Incluso dibuja el símbolo de Audi, bajo las órdenes de los ingenieros. Resulta impresionante como mantiene cruzadas y gira en el momento preciso, siendo mucho más eficaz que la práctica totalidad de conductores en esas circunstancias. El plato final es el ascenso a Pikes Peak, uno de los trazados más duros del mundo.
“Shelley” ya lo ha subido, pero a una velocidad normal. En julio del año que viene lo hará en competición, y puede que tengan que crear una categoría para vehículos robotizados. No será tan rápido como el Audi Quattro S1 de Walter Röhrl, pero es que nadie le ha colocado un motor de 600 CV bajo el capó, el coche es totalmente de serie. En caso de problemas varios ángeles de la guarda de silicio detendrían el coche y desactivarían el motor, pero el equipo confía en que Pikes Peak será un éxito.
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Me parece un reto impresionante, esto son avances reales que acercan el día en que los coches se conducirán solos. Se podría pensar que en el futuro no habrá diversión al volante, pero los sistemas deberían ser desconectables, dejando margen para nuestra actuación. Como detalle curioso, el apodo del coche es “Shelley” porque ese es el apodo de Michelle Mouton, la conductora de rallye más exitosa de todos los tiempos, que completó Pikes Peak en 1985 a bordo de un Audi Quattro.
VAIL Audi TT-S “Shelley”
Vía: Autoblog
En Diariomotor: Ari Vatanen en el ascenso a Pikes Peak, maestría al volante