Cruden B.V. pone a disposición de clientes particulares uno de los juguetes tecnológicos más desables para cualquier buen aficionado al automovilismo: su simulador de conducción Hexatech, un aparato que hasta ahora solo se podía encontrar en los departamentos más escondidos de una escudería de F1 o en algún centro de investigación sobre automóviles.
Lo de juguete es una forma de hablar, ya que en realidad se trata de un simulador de características totalmente profesionales, una auténtica herramienta de trabajo para pilotos de verdad. El propio director comercial de Cruden quiere dejarlo muy claro: “no se trata de un videojuego conectado a un volante y un juego de pedales. Nuestro simulador y su software no se pueden adquirir en una tienda”. Vamos, que no es una PS3 con volante Logitech.
El invento resulta de lo más aparatoso a la hora de querer instalarlo en una vivienda particular. Ocupa casi 7 metros cuadrados (2,3×3 m), necesita un techo de 3 metros de altura y un suelo capaz de soportar una carga de 1.000 kg/m2. De acabar en algún garaje, es más que posible que el coche familiar tenga que dormir en la calle. A pesar de ofrecer sensaciones propias de un coche de competición, se conforma con un contenido consumo de solo 5 kWh.
El Hexatech emplea tres pantallas de 42 pulgadas y un asiento con 6 ejes de movimiento (6DOF-Six Degrees of Freedom) capaz de hacerte sentir las fuerzas centrífugas y de aceleración de hasta varios g. Incluye tensores de los cinturones de seguridad y, por supuesto, un volante Force Feedback que promete ser de lo más real. Cualquiera que se haya dado una vuelta en el Gran Turismo, el Enthusia o similar podrá hacerse una ligera idea de lo que le espera al sentarse en este tremendo cacharro.
El Hexatech se puede adquirir como un monoplaza o en versión 3CTR con tres asientos para que dos acompañantes puedan experimentar de primera mano nuestras habilidades al volante. Los amigos más miedosos podrán seguir nuestras evoluciones en alguna pantalla adicional conectada al equipo. El software permite elegir entre multitud de pistas y tipos de competición, desde vueltas rápidas a cualquier circuito conocido, tramos de rallies, NASCAR, F1 o carreras de 24 horas. Un juguete que tiene pinta de ser de lo más adictivo, que hará que olvides casi todas tus obligaciones personales en aras de convertirte en el piloto profesional que nunca llegarás a ser.
Ese irresistible poder de adicción será uno de los motivos por los que nadie que te quiera bien mostrará el más mínimo interés en regalarte uno estas navidades. El otro motivo, más poderoso aún, es, como no podía ser de otra forma, el precio. El Hexatech cuesta, en una configuración más o menos básica, la friolera de 120.000 libras esterlinas, que vienen a ser más de 130.000 euros. Por ese dinero, te puedes comprar un deportivo de verdad, aunque su consumo sea mucho mayor y en casa tengas que seguir usando una videoconsola normal.
Os dejo un par de vídeos con el Hexatech a pleno rendimiento.
Cruden Hexatech Racing Simulator
Vía: Cruden B.V.
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