Como nos contaba nuestro compañero Sergio hace unos dias, Volkswagen se ha convertido, tras la absorción de Porsche, en el mayor fabricante de automóviles del planeta. Y para dejar bien clara esa posición dominante, el consorcio alemán está dispuesto a aumentar, cueste lo que cueste, sus ventas en el que es, mientras lo permitan los chinos, el mayor mercado automovilístico del mundo, el estadounidense.
Lo de “cueste lo que cueste” no parece ser broma a tenor de la última inversión realizada por Volkswagen para afianzar su red de ventas al otro lado del charco: 125 millones de dólares (casi 84 millones de euros) ha puesto sobre la mesa para poder disponer de un espectacular concesionario en pleno centro de Manhattan.
El llamativo montante de la operación ha servido para adquirir y reformar dos edificios ubicados en la 11th Avenue de Nueva York que hasta hace poco albergaban un concesionario oficial de General Motors. Sin entrar a valorar la rentabilidad económica de semejante jugada (hay que vender muchos coches para amortizar un gasto de esa magnitud), no hay duda de que es toda una victoria desde el punto de vista de la estrategia de mercado (por usar un simil ajedrecístico, algo así como un alfil comiéndose a la reina).
El nuevo concesionario comenzará su andadura comercial dentro de pocos meses poniendo a la venta modelos de VW y Audi. Volkswagen acabará el año matriculando en el mercado estadounidense algo más de 240.000 unidades, aunque tiene planes muy ambiciosos para el próximo lustro. Para 2015 quiere alcanzar unas ventas en E.E.U.U. de 800.000 unidades de VW y otras 200.000 de Audi. Y a eso habrá que sumar todo lo que venda en el mercado chino…
Vía: Volkswagen Group
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