Hace poco más de un mes tuve la oportunidad de pasar tres semanas en Nueva York, probablemente la ciudad más importante de ese pequeño continente que son en sí los Estados Unidos de América. La ciudad que nunca duerme es fascinante en todos los aspectos posibles, y como buen aficionado a los coches, he podido percibir muchas diferencias con el parque automovilístico europeo. Hablaremos de ese tema en inminentes artículos, pero de momento os hablaré de los taxis neoyorquinos.
Pertenecientes a la NYC Taxi Company, están pintados en el característico color amarillo, adornado con letras negras. Las paradas de taxis no son para nada comunes, la mejor manera de coger uno es situarse en uno de los bordes de la calzada y levantar la mano. Si estás en una calle concurrida en menos de un minuto estarás sentado en sus amplios asientos. Los taxis libres se identifican por una luz encendida sobre el techo y no es extraño presenciar broncas entre taxistas por quién vio primero a un cliente.
Una vez subidos al taxi resulta sorprendente la variedad étnica de los conductores. No monté en taxi demasiadas veces pero os puedo asegurar que apenas los conducen americanos nativos, la mayor parte son de origen latinoamericano pero también hay asiáticos, hindúes (fumando pipa y con largas barbas) o pakistaníes. No resulta difícil comunicarse con ellos en inglés y no me preguntéis como, algunos ya me hablaban en español nada más introducirme en su coche. ¿Tanto se nos nota?
Un denominador común es su conducción, ágil, agresiva e ineficiente. Suelen pisar mucho el acelerador, incluso viendo un semáforo en rojo cincuenta metros adelante. También son muy amigos del claxon, a la más mínima retención o duda del coche al que preceden, pitada al canto, y no precisamente amistosa. En su puesto de conducción llevan una radio, varios teléfonos móviles (con headset Bluetooth) y las inevitables tazas de café para llevar de amplia capacidad.
Las tarifas son bastante módicas, siempre que no queramos ir a sitios demasiado alejados o lo abordemos a horas poco tempestivas. La bajada de bandera son 2.50$ en todos los casos y pagamos 0.40$ por cada quinta parte de milla recorrida a más de 6 mph o cada sesenta segundos de retención o tráfico muy lento. Los peajes corren a cuenta del usuario del taxi, que debe ser informado previamente. Para moverse entre los distritos (Queens, Brooklyn, Bronx, Manhattan, Staten Island) compensa más coger el metro.
Sólo unos pocos modelos de coche están homologados por la NYC Taxi Company. ¿Te apetece conocer estos coches y sus características técnicas? Sólo tienes que seguir leyendo.
Ford Crown Victoria Commercial
Todo un clásico de las pelis entre los taxistas, el 80% de los más de 5.000 taxis registrados son Ford Crown Victoria. Es una berlina de cuatro puertas, de construcción body-on-frame sobre la plataforma Ford Panther, de treinta años de antigüedad. Son coches muy grandes, con más de cinco metros de longitud y maleteros de más de 700 litros de capacidad. Todos llevan un motor 4.6 V8 de dos válvulas por cilindro y 220 CV de potencia, que manda la potencia al tren trasero, que lleva ballestas en lugar de muelles.
La suspensión, los ejes y el cambio automático tienen una alta durabilidad gracias a una construcción pesada. Todo suena arcaico y sí, consumen gasolina que da gusto, pero a cambio son muy amplios, cómodos y fiables, el punto que más interesa a un taxista. Llegué a montar en uno que tenía la friolera de 530.000 millas, alrededor de 850.000 km. Funcionaba muy bien y al preguntar al taxista me comentaba que el “secreto” era llevar el mantenimiento al día y cambiar el aceite cada 3.000 millas (5.000 km).
Ford Escape Hybrid
Son los segundos taxis más comunes en la “Gran Manzana”. Estos SUVs compactos emplean un sistema híbrido en paralelo que combina un motor 2.5 de ciclo Atkinson (153 CV) con un motor eléctrico que desarrolla 94 CV. La potencia combinada ronda los 180 CV, las prestaciones son similares a las de un motor V6 atmosférico. El principal aliciente para los taxistas es que detiene el motor en los comunes atascos y arroja un consumo medio de 32 MPG, unos 7.35 l/100 km.
En condiciones reales me imagino que será superior, pero siempre por debajo de los 10 l/100 km. Los Crown Victoria son los que jamás bajan de 15 l/100 km, los Ford Escape Hybrid de tracción delantera son prácticamente mecheros a su lado.
Toyota Sienna y Dodge Minivan/Chrysler Voyager
Estos dos monovolúmenes (los Dodge y Chrysler son el mismo coche) representaban las únicas ofertas de alta capacidad en la abarrotada urbe. Podían llevar a siete personas, pero no era extraño ver a grupos de 9 o más personas apretarse en un monovolumen, con evidente peligro para ellos. La Policía (NYPD) estaba atenta ante estos excesos, pero algunos taxistas se la juegan en busca de la mejor carrera. Ciertas unidades tenían su parte trasera adaptada para acomodar sillas de minusválidos.
Como no, sus motores eran unidades V6 de gasolina y aspiracion atmosférica. El diésel no se estila debido a las normativas de emisiones ultra-estrictas y aún no existen grandes monovolúmenes híbridos, no es que se quiera derrochar el combustible (aunque sea barato, unos 0.5-0.6€/l).
Nissan Altima y Altima Hybrid
Es el modelo de Nissan más vendido en EEUU, una asequible berlina generalista equipada con un sencillo motor 2.5 de 175 CV, tracción delantera y caja de cambios CVT. Su consumo combinado es de unos 9 l/100 km, pero últimamente se están popularizando los Nissan Altima Hybrid. Estos híbridos en paralelo desarrollan una potencia combinada de 198 CV y tienen un consumo combinado de poco menos de 7 l/100 km. La versión tope de gama de los Altima lleva un 3.5 V6 pero no se ve asociada a un taxi.
Toyota Camry y Camry Hybrid
La berlina más vendida de Estados Unidos no es un coche con mucho carácter, cumple bien todos sus cometidos pero no destaca en ninguno. Este electrodoméstico de cuatro ruedas es asequible, razonablemente bien equipado y muy fiable. Las versiones híbridas emplean un sistema Hybrid Synergy Drive en paralelo que desarrolla 187 CV y consume una media de 7.1 l/100 km. Los taxistas que aún no abrazan los híbridos llevan los Toyota Camry con motor 2.5 VVT-i de 169 CV de potencia.
Los extraños: Toyota Prius y Chevrolet Malibu Hybrid
Ambos coches son poco comunes como taxis, aunque hay muchísimos Toyota Prius por todas partes, especialmente en el distrito financiero de Manhattan. La razón es que los primeros no son demasiado amplios para el gusto de los taxistas y los Chevrolet Malibu Hybrid son comparativamente caros, ya que ofrecen lo mismo que los Nissan Altima Hybrid o Ford Escape con un consumo bastante superior, unos 8.1 l/100 km que no mejoran en demasiado a la versión no híbrida. Ambos tampoco tienen maleteros brillantes.
Espero que este pequeño reportaje os haya sido interesante, pronto publicaremos algo más sobre los diferentes coches que he podido ver en mi viaje, os aseguro que la espera será recompensada.
Los taxis de Nueva York
Imágenes: Sergio Álvarez González
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