Cuando alguien aficionado a los coches viaja a los Emiratos Arabes, espera encontrar uno de los parques móviles más lujosos del mundo. Lambos, Rolls, Bentleys, Veyrons y similares son apariciones relativamente habituales por las calles de esos países desérticos que albergan bajo su superficie las mayores reservas petroleras conocidas del planeta.
Conseguir un auto que pueda destacar entre tanto cochazo no debe de ser fácil, aún cuando el dinero no sea un problema. Sin embargo, este ciudadano árabe llamar la atención allí donde va sin necesidad de haber hecho un desembolso desorbitado por su coche. Le basta un Jeepney de fabricación filipina, un buen gusto cuando menos discutible a la hora de decorarlo y un inconmensurable espíritu patriótico.
Un lector de spiegel.de se cruzó con el vehículo mientras repostaba en una gasolinera de Ras Al-Chaima. En el frontal lucía siete banderas, una por cada uno de los Emiratos Arabes Unidos. Por si eso no fuera bastante, la totalidad de la carrocería (incluyendo casi toda la parte acristalada) estaba cubierta con pegatinas de los jeques que gobiernan la zona.
En total, 1.200 pegatinas estratégicamente colocadas prácticamente impiden saber cual es el color real del coche. Un arduo trabajo de ornamentación difícil de justificar en cualquier ITV.
Un Jeepney lleno de pegatinas de jeques árabes
Vía: spiegel.de
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