Volkswagen Golf GTI contra Volkswagen Scirocco 2.0 TSI, pelea entre hermanos (I)

Esta mañana me he levantado sabiendo que sería un día largo pero afortunadamente gratificante. A las siete de la mañana sonaba el despertador, tenía que desayunar frugalmente, darme una ducha y en lugar de ir a trabajar, hoy tocaba una larga jornada de conducción de más de 12 horas, ¡y vaya que si han cundido! Eran las ocho menos unos minutos y tenía que partir en ese momento si quería llegar puntual a mi cita en el circuito de Jerez.

Bajé al parking enfrente de casa y allí estaba la bestia con su mirada desafiante: un Volkswagen Scirocco 2.0 TSI, que habíamos recogido la tarde anterior para la ocasión. Estaba limpito, con el depósito lleno y preparado para mordernos en cualquier momento. Nada más pulsar el botón de apertura del vehículo, se le encienden las increíbles luces de Xenón, con ese tono azul tan característico, y unos pequeños LEDs que tiene bajo los faros delanteros. Me habría gustado quedarme dando una vuelta alrededor del coche y fijarme en esa silueta atlética que tanto me gusta y en su estética, pero no hay tiempo; probablemente pueda hacerlo más tarde. Sin perder un minuto, ponemos el motor en marcha y salimos camino de Jerez.

Durante el viaje había tiempo de sobra para conocer el coche y repasar sus datos técnicos: tiene un motor 2.0 TSI de inyección directa con turbo que rinde 200 caballos, hace el 0-100 en 7.2 segundos y ofrece un par de 280 Nm desde las 1.700 rpm para alcanzar una velocidad máxima de 235 km/h, con un consumo relativamente light para el motor que lleva, sólo 7.6 litros/100 km. Monta la misma plataforma que el Volkswagen Golf, pero puesta a punto – como en el Audi TT – con una suspensión rebajada 5 cm, la carrocería 10 cm más baja y con unas vías más anchas, las mismas que las del Passat CC.

Al sentarme en su interior noto que la posición de conducción es muy deportiva porque vas con las piernas estiradas y a sólo 51 centímetros del asfalto. Los asientos son muy cómodos y sujetan bastante. El interior es el clásico de Volkswagen; sigue la sobriedad marca de la casa germana, pero con unos acabados y materiales de calidad muy alta.

El habitáculo es amplio para cuatro adultos y en la parte trasera hay montados un par de asientos individuales envolventes – similares a los del Mercedes CLS – con reposacabezas integrados que son bastante cómodos, pero en los que los pasajeros de más de 1.8 metros rozarán sus coronillas con el techo. Detrás de ellos, nos encontramos una pequeña ventana que resta visibilidad a través del espejo retrovisor, bajo la cual hay un maletero de 292 litros – con una boca de carga demasiado alta que puede dificultar la introducción de maletas pesadas – pero que tampoco resulta pequeño, obviamente no es tan grande como el del Golf.

El equipamiento de serie es bastante completo, a destacar los faros bi-Xenón, luces antiniebla, radio-CD con pantalla táctil de 6.5’, activación automática de las luces, sensor de lluvia… Nuestra unidad de pruebas montaba también asientos de cuero calefactables (2.145€), navegador GPS (1.635€), asistente de salidas en pendiente, sensores de aparcamiento, detector de presión de neumáticos y alguna pijadilla más.

Al poco de salir del parking, me encuentro con la primera calle en obras bacheada hasta la muerte – gracias a nuestro revitalizante PlanE – en la que se mezclan trozos de asfalto con cemento. El Volkswagen Scirocco se muestra tenso, pero no incómodo. El coche es llamativo, me percato que de vez en cuando hay gente que lo mira por la calle, incluso un par de personas lo señalan, ya se ve que no pasa desapercibido. Afortunadamente, en diez minutos conseguimos salir de la ciudad y entrar en la autovía, al instante el motor se siente con muchas ganas a bajas revoluciones y empezamos a fluir por las carreteras.

Con este coche, Volkswagen ha querido relanzar un viejo conocido de los 70. Las dos primeras generaciones del Scirocco fueron unos cupés de éxito porque combinaban las ventajas de un deportivo que se podía usar diariamente con un coche versátil y asequible; y la idea no fue mal, porque vendieron cerca de 800.000 unidades.

El frontal del actual Scirocco marcó un antes y un después en los diseños del grupo Volkswagen, ya que dejó entrever el futuro inmediato de la marca en modelos como los Golf o los Polo, y que se continuará con los futuros Tiguan y Touareg. Además del diseño del frontal, llama la atención los faros cromados y la parrilla en negro brillante. La primera impresión que me transmite el frontal es que nunca elegiría este modelo en un color oscuro, porque creo que no haría suficiente contraste con la parrilla y se perdería toda la agresividad que ésta transmite. Otra cosa que me choca es que el logotipo de Volkswagen está en el capó y no en la parrilla como en otros modelos de la marca, con excepción del Escarabajo.

Volkswagen Golf GTI contra Volkswagen Scirocco 2.0 TSI, pelea entre hermanos (I)

Un amigo, me había recomendado que antes de llegar a Jerez, diese un rodeo por unas carreteras cercanas a un pueblo llamado Torre Alháquime, a unos 100km del circuito, donde podría encontrar una carretera de montaña infinitamente revirada; un lugar idóneo y desierto para indagar de qué era capaz este Scirocco. Hasta ese momento, lo único que había podido averiguar era que en carretera iba de lujo, que los kilómetros se había pasado en un abrir y cerrar de ojos, y que la suspensión era algo dura, pero no incómoda.

¿Quieres saber cómo se comporta el Scirocco cuando llegan las curvas? Tendrás que esperar hasta que publiquemos la segunda parte mañana para disfrutar de la montaña rusa de sensaciones.