La noticia es la siguiente: Damjan Stankovic ha inventado (o adaptado) un semáforo cuya luz roja posee además una barra de progreso que indica cuánto queda para que deje de iluminarse.
Según este inventor el hecho de que se pueda contabilizar el tiempo que queda para que se abra el paso permite calcular si debemos pisar el freno o no. Así debería ser más fácil eliminar las paradas inútiles y se ahorraría el combustible gastado en los arranques.
Menos combustible perdido, menos CO2 que se emite a la atmósfera. Damjan prevee además que los conductores conducirán con menos estrés porque sabrán cuánto tiempo tienen que esperar hasta el verde y ello también redundará en los accidentes que disminuirán.
Teóricamente es muy bonito este asunto pero personalmente no tengo tan claro. Aparte del tema económico y de adaptación a los semáforos actuales, que sería relativamente asequible en tiempo y dinero según Stankovic, está el tema de su efecto psicológico.
Creo con bastante razón que, de instaurarse en el mundo real, serviría para fomentar los drags callejeros que utilizarían el semáforo cual parrilla de salida. Y muchos acabarían estresándose más contando las porciones que quedan en el contador, al menos a mi me pasa con los contadores de tiempo en los pasos de peatones.
Vía: microsiervos | infosthetics
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