Hace unas semanas os hablaba de los taxis de Nueva York, los diferentes modelos que rodaban incesantemente por las arterias de la Gran Manzana. Aunque eran una parte fundamental del infernal tráfico neoyorquino el tejido automovilístico se completa con una peculiar mezcla internacional de todo tipo de vehículos. A continuación os comentaré lo más destacado que pude ver durante mi estancia en la ciudad estadounidense, además de una pequeña excursión a Washington y Pennsylvania.
Lo primero que notamos al contemplar el tráfico de Nueva York es que todos los vehículos son de buen tamaño, mucho más grandes a lo que estamos acostumbrados a ver en las ciudades españolas. No hay utilitarios a la vista, los Mini y smart son bastante escasos y son vistos como una especie de accesorio de moda. La mayor parte de los vehículos generalistas son o bien estadounidenses o bien japoneses, con la excepción de algún coreano poco habitual. Aparentemente predominan Ford, Chevrolet y Toyota.
Hay muchos vehículos premium, y es que es una ciudad que mueve muchísimo dinero, es uno de los centros financieros del mundo y una de las urbes de moda. Entre estos coches nos encontramos alemanes como Mercedes o BMW – hay muy pocos Audi – y algún sueco, fundamentalmente Volvos. Hay poco coches caros de origen estadounidense, y suelen responder al nombre de Lincoln. Pero sin duda alguna, la marca premium por excelencia es Lexus, son tan comunes como los Citroën en España.
Podríamos decir que los coches particulares que circulan por Nueva York son de tres tipos, berlinas, SUVs y pick-ups. Por supuesto, todos con motor de gasolina, puesto que el estadounidense es casi un mercado vetado para el diésel, como os explicaba hace unas semanas. A excepción de los japoneses y algún Audi todos emplean motores de seis cilindros en adelante, atmosféricos y de más de 3 litros de cilindrada. No es desde luego lo más eficiente para una de las urbes más colapsadas del mundo.
La práctica totalidad son automáticos, y para encontrar manuales hay que irse a coupés y deportivos, todos ellos de origen fundamentalmente europeo. En su día investigué un poco esta peculiaridad, pero una de las razones fundamentales es que en las autoescuelas no usan coches manuales, con lo que en general los tres pedales se le atragantan a la mayoría de la población. Otra peculiaridad es la edad de los vehículos, estamos muy equivocados si pensamos encontrar clásicos por doquier en Manhattan.
La mayor parte de vehículos provienen de los años 90 y la actual década, hay muchos coches nuevos. Cuesta encontrar coches antiguos, la mayoría son furgonetas muy tralladas y hay algún clásico, pero muchos menos de lo que esperaba. En todas las zonas de Nueva York ocurría lo mismo, no es una circunstancia específica del barrio de Manhattan. Sin más dilación, iré comentando específicamente las imágenes más relevantes, no es el momento de dejar de leer.
Toyota Tundra
En la 46th St. me encontraba con este impresionante Toyota Tundra. Esta pick-up se acerca a los 6 metros de longitud y lleva un 5.7 V8 de 381 CV bajo el capó. Tenía una preparación off-road interesante.
Camiones por las calles
No es nada extraño encontrar grandes camiones por el centro, incluso trailers. Estos son algunos ejemplos, uno de ellos es un International híbrido, muy interesante para no derrochar excesivo combustible en ciudad.
Me soprendía encontrarme con el enorme Kenworth cisterna.
Un camión Mack de recogida de basuras.
Ford Mustang clásico
Uno de mis mejores avistamientos, un precioso Ford Mustang Coupé de primera generación, un modelo del año 1968 en perfecto estado de conservación.
Dodge Charger
Los Dodge Charger eran bastante habituales en Nueva York. El ejemplar blanco está bastante tuneado, incluso con pilotos traseros blancos. El modelo oscuro sólo llevaba unas llantas DUB de nada menos que 23 pulgadas. El último es un Dodge Charger Daytona, esencialmente un Charger 5.7 V8 HEMI de 345 CV con un kit estético que evoca a los muscle car de los años 70. Llamaba mucho la atenciñon y unas modificaciones en el escape propiciaban un sonido realmente embriagador y profundo.
Dodge Sprinter 2500
Una pequeña curiosidad, una furgoneta Dodge Sprinter 2500, conocida en España como Mercedes Sprinter 215 CDI. Se venden en EEUU bajo la marca Dodge y son de las pocas que llevan motores turbodiésel de poca cilindrada.
Mini E
Efectivamente, es un Mini E. La versión eléctrica del utilitario de moda estaba operada por NYC Parks, la empresa pública que vela por la conservación de los parques neoyorquino. Concretamente estaba en Central Park y es uno de los 500 Mini E que se encuentran en leasing a diferentes empresas y particulares. Hablando de eléctricos, logré ver un Tesla Roadster pero no pude hacerle una foto, estaba bastante lejos para cuando pude sacar la cámara de su funda.
Autobuses escolares
Los típicos autobuses escolares que hemos visto en infinidad de películas y series campan a sus anchas por Nueva York. Los grandes llevan motores diésel y están basados en camiones, sin embargo hay otros más pequeños que usan la plataforma de pick-up pesadas, en este caso una Chevrolet Silverado Heavy Duty.
En el campo de Pennsylvania, de la que pasábamos en autobús, logré hacer una foto a un aparcamiento en el que se agrupaban al menos 15 unidades.
Fed Ex
La empresa de logística tenía una gran flota de reparto, compuesta por camionetas blancas muy características. La mayoría llevaban un ineficiente motor V8 de gasolina y en ocasiones les caía alguna multa, como muestra un furgón cazado in fraganti en Brooklyn.
La complicada tarea de aparcar en Nueva York
La zona central de Manhattan no es un lugar en el que resulte fácil aparcar. Hay pocos espacios adaptados al efecto y en muchos de ellos hay un bonito parkímetro. También hay leyes que impiden aparcar a algo así como 5 metros de una boca de incendios. Lo cierto es que es una ciudad diseñada para que nos movamos en transporte público o taxi. Por supuesto, en la periferia hay mucho aparcamiento gratuito, pero puede que dejemos nuestro vehículo en zonas poco recomendables.
Esto propicia la aparición de muchos parkings privados. En muchas esquinas de Manhattan o bajo los puentes de las vías de servicio se habilitan espacios en los que se apilan los vehículos mediante un sistema robotizado de plataformas. Uno podría pensar que dejar el coche en estas esquinas, a la intemperie, no sería caro. Para mi horror, algunos parkings presumían del mejor precio, cobrando cosas como 7$ por cada media hora, no quiero imaginarme los parking subterráneos del centro.
Camiones de bomberos
Abrillantados, encerados y mantenidos con un pulcro exquisito, son las joyas mimadas de las diferentes dotaciones del FDNY (Fire Department of New York). En servicio llevan una distintiva sirena, que combinan con la bocina. Lo cierto es que no se confunde con otro tipo de vehículo, a veces asustaba la velocidad que alcanzaban en ciudad cuando iban a atender alguna llamada. Suelen tener el nombre de la dotación colocado en la defensa delantera.
Llevan reservas de retardante y se conectan a las bocas de incendio cuando tienen que sofocar un fuego. Llevan una cabina doble en la que caben hasta seis personas y están movidos por enormes motores turbodiésel.
Tysons Dodge-Jeep en Washington DC
Volvíamos de cenar, y caminando por una carretera cerca de Washington DC me encontré con este concesionario de Dodge y Jeep. Varios Dodge Challenger SRT8, con sus motores 6.1 V8 de 425 CV estaban perfectamente alineados frente a la entrada principal. Tampoco pude apartar la mirada del escado Pontiac Solstice GXP, un coupé con motor 2.0 de 264 CV, hermano mellizo del Opel GT. Estaban liquidando ese modelo, ya sabéis que Pontiac ha pasado oficialmente a mejor vida.
Superdeportivos en Manhattan
Un viernes noche nos movíamos por cerca de Times Square y captamos un precioso Lamborghini Gallardo Spyder blanco, seguido muy de cerca por un Bentley Continental GT. El tráfico lento permitía a la gente hacerles muchas fotos, imagino que para deleite de los conductores. Cerca se encontraba la Séptima Avenida, repleta de discotecas y bares en los que sólo se entra si estás en lista, muy probablemente fuese ese su destino.
Este Porsche 911 Turbo con un escape modificado se detuvo junto a nosotros mientras su conductor hablaba por el teléfono móvil. No se aprecia demasiado bien, pero el último superdeportivo es de época, un Lotus Esprit con cambio manual. ¿Cómo lo sé? Se le caló al salir de un semáforo, acelerando a fondo tras arrancar de nuevo ante la insistencia del taxi que tenía detrás.
El bueno y el malo
Aparcados en una encantadora calle residencial de Brooklyn estaban un Toyota Prius y un Hummer H2, juntos como compañeros. Puede que el Hummer pese tres Prius, consuma cuatro veces más y sea tres veces más caro. Me hizo bastante gracia poder fotografiarlos juntos de una manera tan improvisada.
Y esto es todo por la primera parte. No os perdáis la segunda parte, que publicaremos mañana. En ella conoceremos a un par de clásicos bastante exclusivos y analizaremos convenientemente la flota de Policía, así como algunos camiones. Y quién sabe, puede que haya alguna sorpresa.
Los coches de Nueva York
Fotografías: Sergio Álvarez
En Diariomotor: Nueva York y sus taxis | Los coches de Nueva York, segunda parte