Corren malos tiempos para Saab. Todavía queda una mínima esperanza de que la última y definitiva oferta que Spyker ha puesto sobre la mesa de General Motors pueda llegar a buen puerto, pero de no ser finalmente así, la propia GM ya anunciado oficialmente la defunción y cierre de Saab. La marca sueca siempre ha tenido una personalidad muy marcada con un origen aeronáutico que impregnó toda su filosofía, algo que la ha hecho acreedora de todo tipo de pasiones y odios desde su inicio en la actividad automovilística en 1947.
Tras la compra de Saab por parte de GM, hace dos décadas, muchas cosas cambiaron, y casi todas para mal. Las características más singulares de la marca se fueron diluyendo poco a poco, los modelos perduraban eternamente en el mercado sin apenas mejoras ni sustitutos a la vista y en los últimos años las economías de escala hicieron que la escasa gama disponible no fuese más allá de ofrecer un par de modelos con origen Opel con estética y acabados adaptados a la firma sueca. Con estos ingredientes, el desenlace final era bastante previsible, pero no por ello menos doloroso. A continuación, intentaremos recordar brevemente los modelos más emblemáticos de la marca que hicieron que en su día ésta fuese algo importante.
Saab 92 (1949-1956)
El primer modelo de Saab se convirtió en todo un mito, por su especial cuidado en la parte aerodinámica, todo un hito para la época, con un coeficiente aerodinámico de 0.30. En producción entre 1949 y 1956, contaba con un motor de 764 centímetros cúbicos, dos tiempos y dos cilindros, con 25 CV en los primeros modelos y 28 CV en las unidades de sus últimos años. Era de tracción delantera, algo poco frecuente hasta entonces.
Como curiosidad, siempre se comenta que el Saab 92 fue diseñado por ingenieros aeronáuticos en los años posteriores a la II Guerra Mundial, y hasta 1953 tan sólo estaba disponible en color verde oscuro, muy similar al British Racing Green de la época. Las malas lenguas decían que la pintura era un excedente que la marca tenía de años atrás, cuando producían aviones de guerra, y de esta manera le dieron salida.
Saab 96 (1960-1980)
Reemplazando a un Saab 93 que tuvo escaso éxito, el Saab 96 recuperó la senda del Saab 92 con un diseño que se hizo por primera vez internacional, alcanzando varios mercados. Estuvo disponible durante su larga vida con varios motores: de inicio, un dos tiempos de 750 centímetros cúbicos, tres cilindros y 38 CV. En 1963 se aumenta la cilindrada a 841 cm3 y 40 CV, que sería modificado posteriormente hasta alcanzar los 57 CV. Ya en los ´70, se introdujo un 1.5 litros V4 de cuatro tiempos y origen Ford y cuatro tiempos, que evolucionó desde 55 hasta los 65 CV.
La tracción continuaba siendo delantera, pero la entrada de la marca en la competición a inicios de los ´60 hizo que el Saab 96 pilotado por Erik Carlsson consiguiese victorias de renombre en los rallyes, Montecarlo incluido, que colocaron a Saab definitivamente en el mapa, haciéndola mucho más conocida. Además de estas victorias en competición, el Saab 96 estrenó innovaciones en seguridad; al final de su vida, más de 500.000 unidades habían sido producidas.
Saab 97, o Saab Sonett II/V4/III (1966-1974)
Coupés de impactante estética en su época, a diferencia del Sonett I las siguientes generaciones se produjeron en serie y tenían motor y tracción delantera. En su inicio montó los motores de dos tiempos y tres cilindros de la marca, y desde 1967 se incorporaron los V4 del Saab 96. Por supuesto las prestaciones no eran su punto fuerte, sino su marcada personalidad que lo hacía diferente a los demás coupés de su tiempo.
Saab 99 (1968-1984)
Fue el último coche diseñado por Sixten Sason, que se había encargado de los anteriores modelos de Saab. Su influencia del modelo en el diseño posterior de Saab es evidente hasta entrados los años ´90. Fue el primer modelo de Saab en incorporar motores turboalimentados, algo en lo que también pueden considerarse como parte de la historia. Además, sus éxitos en competición continuaron los del Saab 96, convirtiéndose en el primer vehículo en ganar una carrera del Mundial de Rallyes con un motor turbo.
La tracción delantera continuaba siendo una de sus señas de identidad, mientras que los motores eran todos de cuatro cilindros. De inicio montaba un 1.7 litros de 87 CV, y posteriormente hasta el final de su vida comercial equipó el 2.0 litros. En 1978, el Saab 99 Turbo marcó un pequeño hito al equipar un motor turboalimentado: con su 2.0 litros, desarrollaba 145 CV y una velocidad máxima de 200 Km/h.
Saab 900 (1978-1993)
El Saab 900 fue la evolución lógica del Saab 99, en diseño y concepto. Con una estética totalmente personal e intransferible, contaba con tracción delantera y motores de cuatro cilindros de 2.0 litros y, posteriormente, 2.1 litros. Se le tenía por un coche sólido, robusto y que gustaba a todos aquellos que querían salirse de la norma, con un cierto acento snob. Sería el último Saab “puro” antes de la entrada de lleno de GM en la marca nórdica.
Desarrolló entre 99 CV y los 185 CV de la versión más potente, la edición especial 900 Carlsson. Los Saab 900 Turbo de serie estaban entre los 143 y los 160 CV del Turbo 16 Aero, dependiendo si eran 8 o 16 válvulas o si llevaban un turbo de mayor o menor soplado. Sin embargo, uno de los mayores hitos de este modelo fue el Saab 900 Cabriolet, que tuvo una gran acogida en Estados Unidos entre los amantes de los mejores vehículos europeos.
Con estos cinco modelos sabemos que nos dejamos otros también muy valorados o influyentes. Por ejemplo, también me gustaría recordar el más reciente Saab Aero-X Concept, todo un ejercicio de diseño, que podéis ver en la imagen inmediatamente superior. Pero como no todo en Saab han sido momentos o modelos para recordar, a continuación nos iremos hacia algunos de sus modelos más polémicos.
Modelos que, por cierto, casi siempre venían de imposición de General Motors en la búsqueda de rentabilidad en diferentes mercados con el mínimo coste, usando las sinergias presentes en GM para, simplemente, “remarcar” modelos que nada tenían que ver con Saab.
Para comenzar, tendríamos el Lancia, ups, perdón, el Saab 600, todo un fiasco que no era más que un Lancia Delta de primera generación remarcado bajo marca Saab, y resultado de los acuerdos que tuvo Saab durante los años 80 con Fiat (recordemos, con el Proyecto Tipo 4 se creó una plataforma que compartieron el Alfa 164, Lancia Thema, Fiat Croma y Saab 9000). El Saab 600 sólo montaba el motor 1.5 del Delta con tracción delantera y sobra decir que su encaje dentro de la gama del fabricante sueco estaba cogido con pinzas.
El Saab 9-2x estuvo en producción apenas un par de años (2005 y 2006), y sólo se vendió en los Estados Unidos, pero nunca fue apreciado por los más saabistas. Denominado popularmente como el Saabaru, su base era la del Impreza WRX de la época y Saab tan sólo puso de su parte levísimos retoques en carrocería y diseño. Por supuesto, mantenía la tracción integral y el motor 2.5 turboalimentado con 230 CV.
Y para finalizar, tenemos el – Chevrolet Trailblazer – Saab 9-7x, un mastodonte americano de peso también remarcado y recarrozado para la ocasión. Conocido popularmente como Trollblazer, el 9-7x fue un intento desesperado de ganar mercado en el terreno americano, donde estuvo a la venta desde el año 2005. También aquí tenemos una base que nada tenía que ver con Saab: motor 6.0 litros de 8 cilindros en V y 390 CV.
Vía: Jalopnik
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