La Grossglockner High Alpine Road (Großglockner-Hochalpenstraße en alemán) es, sin lugar a dudas, la carretera más famosa de toda Austria. Una vía de montaña perfectamente asfaltada que une la región de Salzburg con la de Kärnten (Carintia) y que tiene su punto más alto en la Hoch-Tor (2.504 metros de altura), aunque su lugar más conocido y concurrido es el Kaiser Franz Josefs Höhe, un mirador ubicado a 2.369 metros de altitud desde que el que se puede contemplar el espectacular glaciar Pasterze y la imponente cumbre de la montaña más alta del país, el Grossglockner y sus 3.798 metros de altitud.
Esta vez no hablamos de una carretera remota perdida en mitad de la nada, sino de una ruta turística totalmente acondicionada para el gran número de visitantes que recibe cada año. Su aliciente radica en mostrar uno de los paisajes más sobrecogedores del Viejo Continente. 47.8 kilómetros de carretera que enlazan 36 curvas entre las escarpadas laderas montañosas de los Alpes que conforman el Parque Nacional Hohe Tauern; y en pleno centro de Europa.
La idea original de construir esta carretera siguiendo milenarios caminos nació en 1924, en principio como una simple pista de grava de 3 metros de anchura, pero fue duramente criticada por el elevado coste que suponía tamaña obra de ingenieria civil en un momento en el que Alemania, Austria e Italia apenas sumaban poco más de 150.000 vehículos privados.
Relegada al olvido, volvió a ser tomada en consideración tras el famoso crash bursátil del 29, que afectó duramente al país, ya empobrecido por la 1ª Guerra Mundial. El proyecto creció hasta dar paso a una carretera pavimentada de 6 metros de ancho. Su construcción daría trabajo a varios miles de desempleados; el estado financiaba la inversión y posteriormente la recuperaría en forma de peaje, siempre que se cumplieran sus estimaciones de 120.000 visitantes al año.
Las obras duraron más de 4 años y el 3 de agosto de 1935 la carretera quedó inaugurada con una carrera internacional para coches y motocicletas, evento que se repetiría en 1938 y 1939. Las estimaciones iniciales de 120.000 visitantes al año resultaron erróneas: en 1938 recorrieron la carretera nada menos que que 375.000 visitantes en 98.000 vehículos. Tras la segunda GM, las cifras no volvieron a ser tan importantes hasta 1952, con 412.000 visitantes y 91.000 vehículos. En la actualidad, más de 900.000 turistas pagan cada año un peaje de 26 euros por recorrer la Grossglockner Hochalpenstrasse.
La carretera solo permanece abierta en los meses de verano, entre mayo y octubre. El resto del año, permanece cerrada por culpa de la nieve, que se acumula en cantidades inimaginables. Este año se abrió al tráfico en todo su recorrido desde el pasado 16 de mayo. El cierre se produjo el 3 de noviembre, cuando las primeras nevadas dejaron un manto blanco de 30 centímetros.
Cada año, durante el mes de abril, un equipo de especialistas con maquinaria específica invierte alrededor de 25 días en retirar entre 600.000 y 800.000 metros cúbicos de nieve para despejar la carretera. Trabajan entre blancas paredes de nieve que en ocasiones alcanzan los 21 metros de altura.
Una vez despejada y con la llegada del buen tiempo, se convierte en una experiencia única que atrae a familas enteras, autobuses completos, grupos de moteros y un sinfin de conductores entusiasmados con la idea de recorrer la ruta a los mandos de sus automóviles particulares. Si además se trata de un vehículo clásico, y encima descapotable, la experiencia raya lo sublime.
Miradores, restaurantes, refugios, puntos de información, parques infantiles, 4.000 plazas de aparcamiento, … la Grossglockner Hochalpenstrasse es un inmenso parque de atracciones al que no le falta detalle, un importante motor económico para la región, el segundo destino turístico de toda Austria (tras el Palacio Schönbrunn de Viena), una obra de ingeniería de rango internacional y todo un icono cultural para los austriacos. Una carretera donde el GPS no es necesario, pero en la que olvidarse la cámara de fotos debería ser considerado un delito.
Por supuesto, no podían faltar unos cuantos vídeos: el primero os dará una idea de lo que es conducir por esta carretera.
En el segundo, se ve la ingente tarea que supone limpiar de nieve todos los años la carretera.
En el tercero, un paseo por la Grossglockner Road “con el cuchillo en la boca” a cargo del Audi TT Riders Club.
Vía: Web oficial | Wikipedia | Nevasport.com
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