La situación de los fabricantes suecos no podría ser más preocupante y es que los “gigantes” norteamericanos que hasta ahora se habían encargado de mantenerlos en funcionamiento están decididos a deshacerse de marcas como Volvo y Saab para salir de alguna forma de la crisis en la que están inmersos.
El caso de Volvo quizás no sea tan preocupante como el de Saab, aunque la desconfianza ante la compra por parte del consorcio chino Geely es total en una marca que siempre se ha mantenido fiel a la tradición. ¿Afectará esta transacción al típico comprador de Volvo que busca en esta marca un elevado nivel de seguridad y una confianza que no le dan otras marcas?
Evidentemente en lo que concierne a la imagen de Volvo aún no sabemos las consecuencias que tendrá esta decisión. En los últimos años hemos podido ver como a una marca tan tradicionalmente británica como Jaguar no le ha ido demasiado mal bajo el “colonialismo” del grupo indio Tata Motors.
Lo que sí es seguro es que de momento en lo que respecta a los términos económicos y a la seguridad comercial de Volvo, todos los cabos ya han sido atados. Como ha adelantado hoy mismo Ford, el consorcio chino Geely ha demostrado que bajo su mando Volvo contará con todos los recursos, inversiones de capital y lógistica necesaria para que la marca siga desarrollando su actividad con toda normalidad como hasta ahora.
El acuerdo definitivo se firmará antes de marzo de 2010, incluyendo la documentación definitiva y la aprobación de los organismos financieros y gubernamentales. Tras ese último escollo la venta de Volvo a Geely se hará definitiva antes del próximo verano. Ford mantiene firme su decisión de englobar toda su actividad en una única marca, aunque de momento parece que sus filiales Lincoln y Mercury se mantendrán, aunque diversificando su actividad en las grandes berlinas y en los utilitarios respectivamente.
Vía: Ford
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