El coche eléctrico ha ganado una nueva batalla al hidrógeno por la hegemonía de las nuevas fuentes de energía para la automoción, en esta ocasión los electrones han conquistado la ciudad de Berlín, en la que se prepara un amplio despliegue de estaciones de carga para coches a batería. La acometida empieza con 500 estaciones distribuidas a lo largo de la ciudad alemana más grande.
El servicio se pondrá a prueba por una flota de Smart ForTwo electric drive, que han visto desaparecer su motor de explosión en favor de uno eléctrico. Al conectarse a una de las estaciones, un sistema inteligente permite cargar el coche a la hora que más convenga, fuera de las zonas horarias con mayor demanda de electricidad y por tanto más caras. Todo esto puede ser controlado desde un ordenador o el omnipresente iPhone, e incluso podríamos arrancar la calefacción de forma remota para encontrar el coche a una temperatura agradable cuando subiésemos a él.
Los conejillos de indias que tengan acceso a este experimento, podrán disfrutar de 114 km de autonomía entre cargas y una aceleración hasta los 60 km/h de 6,3 segundos. Estos primeros vehículos servirán a la empresa E-mobility para monitorizar el uso del sistema y el buen funcionamiento del mismo, a cambio los usuarios consiguen 18 meses de cargas gratuitas, pasando después a cargarse el importe consumido en su factura eléctrica.
Se espera que la red de estaciones de carga se acabe expandiendo por todo el país, ubicándose tanto en la calle como en parkings o garajes, empezando en 2010. La energía de la que se abastecerían las estaciones para cargar los coches sería renovable, en lugar de las más contaminantes nucleares, de carbón o derivados del petróleo. Sin duda un buen movimiento que verá una fuerte base de usuarios en los compradores de la remesa de coches eléctricos que se está amasando por parte de los fabricantes.
Vía: Wired
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