Dice el refrán que en muchas ocasiones “cuesta más el ajo que el pollo”. En el caso que nos ocupa, y no vamos a hablar de gastronomía, costó exactamente lo mismo. Pagar 110.000 euros por un Ferrari F430 de segunda mano bien conservado tiene pinta de ser un buen trato. Lo que resuta más difícil de digerir es tener que pagar la misma cantidad por el seguro anual.
Y exactamente eso es lo que le ha ocurrido al jugador de tenis Andy Murray, actual número 4 del ranking de la ATP. Andy se las prometía muy felices cuando consiguió adquirir un Ferrari F430 de segunda mano por 110.000 euros, ahorrándose unos 60.000 euros sobre el precio de tarifa del modelo nuevo. Pero se le heló la sonrisa cuando le llegó el recibo del seguro del coche.
Andy Murray decidió darse un capricho por todo lo alto para ayudarse a superar la ruptura con su pareja sentimental. Pocas cosas como un deportivo de casi 500 CV capaz de acelerar de 0 a 100 en poco más de 4 segundos para que cualquier hombre con sangre en las venas pueda olvidar los sinsabores de la vida cotidiana.
El problema es que este as de la raqueta solo tiene 22 años de edad y, lo que es peor aún, obtuvo su permiso de conducir hace escasamente 5 meses. Con estos mimbres, la compañía de seguros tiró de calculadora hasta que se pasó tres pueblos y le presentó un recibo que casi parecía la fotocopia del contrato de compraventa del coche: la prima anual ascendía a 110.000 euros.
Si se hubiera preocupado antes de entrenar menos y sacarse el carnet, el seguro le habría salido más barato. Y si se hubiera interesado antes en no entrenar tanto y en comprarse un Ferrari (o similar) tal vez ahora no estaría soltero.
Vía: evo-cars
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