El Bugatti EB16.4 Veyron ha sido una de las obras de ingeniería automovilística más importantes de este inicio de Siglo XXI. Un modelo con el que, según las malas lenguas, aún hoy en día Bugatti (y por tanto el Grupo VW) pierde una importante cantidad de dinero por unidad fabricada. Un sueño megalómano llevado a cabo gracias a la iniciativa de Ferdinand Piëch, quien puso todo su esfuerzo y el de la tecnología disponible en VW para poder crear un superdeportivo único e inimitable que pasará a la historia de la automoción.
Escuchar hablar de sus 1.001 CV de potencia a 6.000 rpm puede que ya no sorprendan tanto como hace unos años, pero su rendimiento, su tecnología y lujo o su precio (más de un millón de euros por unidad, excluyendo impuestos) hablan por sí mismos. Con tales características no es de extrañar que el corazón capaz de mover al Veyron a 407 Km/h (y capaz de hacerle acelerar de 0 a 100 Km/h más rápido que un Fórmula 1 actual) tenga características muy interesantes y un mimo y cuidado extremos para su fabricación.
Su bloque motor tiene como base la unión de dos motores V8 de procedencia Audi, que en su conjunto forman en disposición en W, con dos bancadas dobles de ocho cilindros cada una para una cilindrada total de 7.993 centímetros cúbicos (de ahí su denominación de W16).
Cuenta con 64 válvulas (4 válvulas por cilindro) e inyección directa y cada bancada de cuatro cilindros va sobrealimentada por su propio turbocompresor, con lo que tenemos nada menos que cuatro turbocompresores que proporcionan un par espectacular de 1.250 Nm entre las 2.200 y las 5.500 rpm.
El motor se ubica en posición central trasera, y por supuesto sus dimensiones no son demasiado contenidas: 712 milímetros de largo y 767 milímetros de ancho. El diseño de la carrocería tuvo que adaptarse en buena parte debido a esta especial mecánica, y muchos otros elementos también lo hicieron.
Por ejemplo, el cambio fue desarrollado específicamente para el modelo, en colaboración con el especialista Ricardo, es de doble embrague de tipo secuencial con siete relaciones y está preparado para soportar con fiabilidad valores de par tan elevados. Además, las necesidades de refrigeración del motor también eran muy especiales (y elevadas). En el siguiente vídeo de Discovery Channel, podéis ver un breve repaso, no demasiado profundo, por las características del Veyron y su fabricación.
Para conseguir una buena tracción y agarre a elevadas velocidades, cuenta además con tracción integral y una aerodinámica especialmente afinada, además de neumáticos Michelin especialmente diseñados y fabricados para el modelo. El tópico tan manido de “fabricación artesanal” quizás venga un poco grande, ya que aunque efectivamente el motor sí se monta de forma totalmente artesanal por unos pocos operarios, con un cuidado extremo y sin prisas, las diferentes piezas del motor sí se han fabricado de forma industrial, como es lógico en estos tiempos.
En los próximos dos vídeos se pueden apreciar todas las características y tecnología del motor W16, además de una pequeña mirada a su fabricación, donde los operarios se toman las cosas con calma para un trabajo bien hecho:
En Diariomotor: Bugatti 18/3 Chiron y el camino hacia el Veyron