Más de un tercio de las fotografías obtenidas en 2006 por los radares de velocidad instalados en las carreteras alemanas no sirvieron para tramitar la correspondiente denuncia por exceso de velocidad. Esto es lo que afirma el Club Automovilístico ACE (Auto Club Europa) haciendo referencia a un informe del Instituto Superior de Policía de Sajonia en el que analiza 5,15 millones de denuncias por infracciones al código de la circulación tramitadas durante 2006.
Hablamos de cifras muy gordas que suponen un importante descalabro para las arcas del estado alemán. Pero, ¿cuáles son los motivos de que tan gran cantidad de fotos no puedan ser utilizadas para denunciar la infracción y recaudar el importe de la correspondiente multa?
Alrededor del 26 % de las instantaneas fueron descartadas por motivos técnicos, ya que su escasa calidad impedía obtener la mínima información necesaria para cursar la correspondiente denuncia. Otro 13,5 % se desechó a pesar de que la foto permitía distinguir perfectamente la matrícula del vehiculo. ¿Por qué fueron entonces descartadas?
Pues por la sencilla razón de que el ordenamiento jurídico alemán exige que, para que una foto de radar sea válida, se tiene que poder distinguir perfectamente no solo la matrícula del vehículo, sino tambien al conductor. De hecho, los radares alemanes solo hacen fotos desde delante. Mas aún, los conductores alemanes que circulan por Austria suelen hacer caso omiso a muchos radares austriacos porque fotografían desde detrás, fotos que carecen de validez a la hora de denunciarlos.
En España, este problema esta más que resuelto. Ya sea porque nuestros dirigentes son unos listos, unos vagos o unos peseteros, el caso es que aquí, si no se distingue al conductor, el que tiene la obligación de identificarlo es el propietario del vehículo, bajo amenaza de 300 euros en caso de negativa.
Y no solo eso, sino que desde la entrada en vigor del carnet por puntos, se produce un hecho más que censurable con los coches oficiales de los políticos, que la sociedad española desconoce y que Daniel Montero explica con todo detalle en su libro “La Casta”:
En nuestro país, las multas de los coches oficiales son cargadas cada año a la administración, que es la propietaria de los vehículos. Muchas de esas denuncias, sobre todo las de exceso de velocidad, suelen llevar aparejada la pérdida de puntos para el conductor, que en este caso no es más que un empleado a sueldo de ayuntamientos, gobiernos autonómicos, ministerios o diputaciones.
Los conductores actúan a las órdenes de los escoltas o del propio político de turno (y cualquiera les lleva la contraria tanto a unos como a otros), por lo que sería injusto que la multa y la retirada de puntos recayera sobre él. La solución es bien sencilla, sobre todo cuando se puede hacer con el dinero de lo demás. Como norma general, las administraciones se niegan a identificar a los conductores sancionados ante la DGT. Esto genera un nuevo recargo en las multas, recargo que tambien recae sobre el bolsillo del sufrido contribuyente. Un peculiar “silencio administrativo” que se traduce en un constante y suculento incremento en la cuantía de las multas que, religiosamente y sin posibilidad de impugnación, les pagamos entre todos.
Otro detalle más: ¿Cuántas de estas infracciones son por motivos de seguridad y cuantas por mera impunidad de la clase política ante el Código de Circulación? Es imposible saberlo. ¿Está legitimado un político para saltarse las normas de tráfico cuando llega tarde a un acto oficial? Según la legislación, no. Si llega tarde, que hubiera salido antes, como cualquier otro ciudadano.
Via: ACE I tz-online I Libro “La Casta”
Fotos curiosas de radares alemanes: tz-online
En Diariomotor: Las prebendas automovilísticas de los políticos españoles I Los radares de “tramo” nos vigilarán en 2010 I 21 de enero de 1973: La primera foto de radar en España