La imagen que se ve encima de estas líneas muestra, de forma gráfica, las estadísticas de campañas de revisiones que se llevaron a cabo en Alemania entre 1998 y 2007. Son datos que publica el KBA, algo así como la DGT germana. Un gráfico que casi siempre ha ido en sentido ascendente, desde las 55 que se realizaron en 1998 hasta el record marcado en 2006, con nada menos que 167. Solo contempla las campañas que se publicitaron (por decisión de los fabricantes o por imperativo legal). Las que se llevaron a cabo aprovechando las revisiones oficiales – las llamadas “revisiones silenciosas” – no figuran en esta estadística.
Son números muy genéricos que realmente sirven de poco, así que habrá que buscar un análisis un poco más exhaustivo. Por ejemplo, la lista que viene a continuación, en la que se detallan las campañas realizadas en Alemania desde 1994 hasta 2008 indicando las que afectaron a cada marca y el numero de coches que tuvieron que pasar por el taller oficial. Un buen puñado de cifras, todo un ranking de campeones que, sin duda, pueden servir para un interesante debate. Veamos los datos:
Dodge: 1 campaña de revisión, 131 coches afectados.
Hyundai: 2 campañas, 33.843 coches.
Dacia: 2 campañas, 35 coches.
Isuzu: 2 campañas, 1.791 coches.
Lotus: 2 campañas, 213 coches.
Daewoo: 2 campañas, 8.698 coches.
Mini: 3 campañas, 6.395 coches.
Porsche: 5 campañas, 28.685 coches.
Daihatsu: 6 campañas, 64.576 coches.
Cadillac: 7 campañas, 1.368 coches.
Rover: 7 campañas, 28.999 coches.
Smart: 7 campañas, 92.245 coches.
Citroen: 8 campañas, 67.616 coches.
BMW: 9 campañas, 1.544.450 coches
Seat: 9 campañas, 57.226 coches.
Subaru: 10 campañas, 29.235 coches.
Lexus: 11 campañas, 10.852 coches.
Skoda: 11 campañas, 121.544 coches.
Maserati: 12 campañas, 4.507 coches.
Volvo: 14 campañas, 563.499 coches.
Peugeot: 15 campañas, 207.831 coches.
Ferrari: 17 campañas, 7.138 coches.
Chevrolet: 18 campañas, 54.299 coches.
Kia: 18 campañas, 152.620 coches.
Jaguar: 19 campañas, 32.349 coches.
Mercedes: 20 campañas, 1.173.405 coches.
Saab: 20 campañas, 146.315 coches.
Alfa Romeo: 25 campañas, 104.269 coches.
Lancia: 25 campañas, 19.747 coches.
Mitsubishi: 25 campañas, 192.079 coches.
Jeep: 30 campañas, 32.349 coches.
Land Rover: 30 campañas, 99.225 coches.
Suzuki: 33 campañas, 265.694 coches.
Mazda: 34 campañas, 301.130 coches.
Nissan: 35 campañas, 582.229 coches.
Opel: 38 campañas, 478.535 coches.
Audi: 39 campañas, 2.048.080 coches.
Toyota: 40 campañas, 488.504 coches.
Volkswagen: 43 campañas, 2.987.101 coches.
Honda: 44 campañas, 410.305 coches.
Chrysler: 52 campañas, 276.917 coches.
Fiat: 62 campañas, 1.113.243 coches.
Ford: 73 campañas, 2.214.427 coches.
Renault: 101 campañas, 901.226 coches.
Son cifras que pueden dar lugar a varias interpretaciones acerca de los niveles de calidad de los diferentes fabricantes, sobre todo porque falta un dato muy importante: el porcentaje que suponen estas cifras sobre la producción total de cada marca. Y, por supuesto, no es lo mismo un defecto en el sistema de frenos o la dirección que un problema de estanqueidad de la cerradura, por ejemplo. Lo cierto es que es un paso importante el que los fabricantes se responsabilicen de la calidad y la seguridad de sus coches en vez de practicar el oscurantismo y solventar los problemas de forma clandestina en la penumbra del taller.
Un detalle importante: siempre se suele decir que la electrónica de los coches actuales es uno de sus puntos débiles. Sin embargo, los datos que maneja el KBA contradicen esta afirmación. El 75% de los problemas que se detectan corresponden a elementos mecánicos. Los componentes que provocan la mayoría de estas campañas son los frenos, el motor, la suspensión, los airbags, los cinturones de seguridad y la dirección.
Para poder hacernos una idea de la envergadura del problema que afecta ahora a Toyota, nada mejor que recordar la historia norteamericana de Audi. El Audi 5000 (esto es, el Audi 200 que se vendía en Estados Unidos) sufrió en su día un problema parecido con el acelerador. La primera llamada a revisión se realizó en 1982, y algunos coches tuvieron que pasar por el taller hasta 4 veces. Los clientes reaccionaron con temor, hasta el punto de que las ventas de Audi en EEUU hasta 1987 descendieron casi un 60 %. Un varapalo del que, a día de hoy, Audi probablemente aun no se ha recuperado.
Via: autobild | welt-online | sueddeutsche
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