Después de haber pegado un repaso al habitáculo y su equipamiento, seguimos con la prueba del Fiat Bravo ECO diésel de 105 CV MSN Edition para centrarnos en el comportamiento dinámico de este compacto en los diferentes escenarios en los que tendrá que dar la talla.
Partimos de la base de que el comprador que se decanta por un Fiat Bravo con esta motorización busca la versatilidad que solo un compacto puede ofrecer alternando su uso en ciudad y carretera y siendo plenamente funcional para viajes largos, de hecho como ya vimos en la primera parte de la prueba es suficientemente amplio y confortable para ello.
En ciudad
Uno de los inconvenientes del Fiat Bravo es que su diseño se haya inspirado en la estética de un coupé. Evidentemente por fuera goza de una silueta atractiva, pero para la conducción urbana esto se convierte en un problema debido a que la luna posterior es bastante pequeña y los pilares traseros un tanto aparatosos, dificultando la visibilidad trasera en maniobras de aparcamiento.
En cualquier caso este compacto se mueve bastante bien por ciudad gracias a la suavidad de la dirección y de la caja de cambios, que peca de no ser demasiado precisa pero aún así es bastante aceptable. Además, como viene siendo habitual en Fiat, cuenta con un botón para activar el modo City que incrementa aún más la ayuda de la dirección asistida haciendo que el volante pueda girarse con un dedo sin apenas esfuerzo. Muy útil para aparcar y maniobrar en garajes.
En carretera
Si hay algo que me ha sorprendido de este compacto es su comodidad y la suavidad de su conducción tanto en carretera como en ciudad. Según Fiat el motor diésel ECO de 105 CV es el más solicitado por los compradores, de hecho este motor es el que tiene una mejor combinación de prestaciones, consumos y precio.
Sin duda alguna es la alternativa más recomendable sobretodo si se van a recorrer muchos kilómetros al año. Con su tamaño 105 CV son más que suficientes para moverse con garantías y mucho más allá de los límites de velocidad legales. Quizás la única pega que le pueda poner al motor es que sea un pelín ruidoso, además el aislamiento acústico del habitáculo
Para circular por autovías y autopistas cuenta con una caja de cambios de seis velocidades que en sexta nos permite viajar a 120 km/h con el motor a 2.000 vueltas para conseguir unos consumos bastante apretados. En estas condiciones podemos llegar a recorrer más de 1.200 km con un depósito lleno.
Como referencia conseguimos que el ordenador de a bordo marcase unos consumos medios en torno a los 5.3 litros/100 km en un trayecto de autovía ligeramente ascendente, con bastante tráfico, circulando a 120 km/h reales (como todos los vehículos el cuentakilómetros tiene un pequeño margen de error a la baja), con el control de crucero activado (no es la forma más eficiente pero probablemente sí la más confortable de mantener unos consumos ajustados).
Circulando a unos 100 km/h por autovías de circunvalación y similares los consumos caen por debajo de los 5 litros a los 100 km. Ciertamente estas mediciones me parecieron un poco elevadas, pero lo más interesante de todo es que durante la prueba pude recorrer en torno a 600 km (aprox. 450 km carretera y 150 km ciudad) con un consumo medio de 6.2 litros/100 y que después de este recorrido aún me quedase prácticamente medio depósito para recorrer otros tantos kilómetros.
Las suspensiones me han resultado bastante equilibradas. En ciudad son suficientemente blandas como para absorber con suavidad las irregularidades del pavimento y sortear los resaltos de los pasos de cebra sin pegar demasiados botes y en carretera son suficientemente rígidas como para tomar curvas a una velocidad considerable sin un excesivo balanceo. Aunque en este sentido son más bien tirando a blandas.
En carreteras reviradas se puede pisar el acelerador con insistencia sin que al tomar las curvas nos haga ningún gesto extraño más allá de un ligero cabeceo, aunque también tenemos que tener en cuenta que esta versión no cuenta con un chasis deportivo y en definitiva no está pensada para una conducción de este tipo.
Sobre su equipamiento y acabados podeis ver la primera parte de la prueba, y para ver nuestras conclusiones y los posibles rivales de este Fiat Bravo podeis seguir en la tercera y última parte de la prueba.
Fiat Bravo ECO diésel
En Diariomotor: Fiat Bravo 2010 | Fiat Bravo ECO Multijet 105 CV, a prueba (I) | Fiat Bravo ECO Multijet 105 CV, a prueba (III)