Estamos inmersos en una década de cambio para los ejérctos de medio mundo, concretamente en lo relativo a vehículos ligeros destinados al transporte de infantería de asalto y al apoyo en general. Estados Unidos deja de producir el Hummer de AM General y se pasa a una solución bastante más pesada promovida por Oskosh. Gran Bretaña por su parte deja a un lado los Land Rover Defender y se pasa al bando del TMV (Total Mobility Vehicles) 6×6M, un todoterreno modular con tracción a las seis ruedas.
Estos vehículos no son APC (Armored People Carrier) al estilo del M113 americano o el Jackal británico, son soluciones más polivalentes enfocadas a un uso civil o militar, pero no ofensivo per se. El 6×6M mide 5.7 metros de largo, tiene una anchura de 2.36 metros y una altura de 2.23 metros. Parte de la necesidad de un vehículo robusto con una tracción óptima. Este último apartado se ha solventado con seis ruedas motrices y unos impresionantes recorridos de suspensión, además de neumáticos reforzados con dibujo off-road.
Una carrocería robusta y resistente era uno de los objetivos del contrato gubernamental, para ello el vehículo se sienta sobre un chasis reforzado en forma de V, que en caso de explosión de una mina derivaría la onda expansiva permitiendo la supervivencia de los ocupantes. En el propio chasis va montado el motor y la transmisión, en una zona de fácil acceso para mantenimiento y/o reparaciones. Toda la estructura está blindada con acero inoxidable, que también debería proteger de impactos de explosivos de mano.
El propulsor que acciona las seis ruedas del TMV 6×6M es un Cummins Diesel Euro5 de 4.5 litros de cilindrada, un turbodiésel que desarrolla 200 CV y 900 Nm de par motor. Va acoplado a una pesada caja automática Allison 2500SP de seis relaciones con la obligada reductora. Seis diferenciales Dana bloqueables deberían permitir una increíble versatilidad fuera del asfalto, junto a ángulos de entrada y salida de 52 y 50 grados respectivamente, valores superiores a los de cualquier todoterreno convencional.
Los depósitos de combustible alcanzan a dar al TMV una autonomía de nada menos que 1.120 km. La velocidad máxima de este off-roader de 3.5 toneladas de peso en vacío está limitada a 137 km/h. Su capacidad de carga es de 4 toneladas, con lo que la masa máxima admitida supera las 7 toneladas con creces. Para parar todo el peso se recurre a frenos Brembo con discos ventilados de 300 mm en las seis ruedas, abrazados por pinzas de alto rendimiento, con dos pistones grandes.
El conductor controla todo de manera electrónica a través de un panel multifunción en el habitáculo, situado a gran altura sobre el suelo. Su estructura modular permitirá en un futuro versiones 4×4 y 8×8, con multitud de cajas diferentes: desde una ambulancia a un transporte de munición, pasando por múltiples asientos para soldados o trabajadores de paz. Su producción comenzará el año que viene, aunque no se sabe qué encargo ha recibido la empresa fabricante, que se enorgullece de un desarrollo 100% británico.
Vía: Tom Cunningham, Army Technology, TMV ltd.
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