Hace ya meses que General Motors emprendió un profundo proceso de reestructuración, que implicaba desprenderse de muchas marcas antes emblemáticas. Fue el caso de Hummer, que había sido vendida sobre el papel a la empresa de origen chino Sichuan Tengzhong Heavy Industrial Machinery Co. Todo el mundo pensaba que el trato era seguro, pero en el último momento todo ha fallado. General Motors anuncia que la transacción no se ha podido completar, así que ordena el cierre y desmantelamiento de Hummer.
Su lema era “Like Nothing Else” y durante unos años fue todo un éxito de marketing: un producto patrióticamente estadounidense, abanderado por Arnold Schwarzenegger – aunque su origen fuese austriaco – y popularizado en los telediarios, donde las tropas combatían a bordo de estas grandes máquinas. Tres modelos hubo a la venta, el tanque Hummer H1 de origen 100% militar pero adaptado a un uso civil, y los H2, H3 y H3T, decreciendo en tamaño pero reteniendo unos consumos estratosféricos.
La importancia que ha tenido el Hummer en la cultura popular es innegable, hasta el punto de que se convirtió – y aún sigue siendo – el vehículo de ensueño de muchos raperos jóvenes y no tan jóvenes. No obstante, estaba condenado al fracaso, lo queramos admitir o no. Precios crecientes de la gasolina y una mentalidad cada vez más ecologista relegaron a los inmensos mastodontes al ostracismo, siendo fuertemente criticados por representar los excesos que han llevado a la crisis del capitalismo que estamos viviendo.
Sus ventas cayeron en picado y aún a día de hoy – llevando mucho tiempo parada la producción – no se ha logrado limpiar los stocks de H2 y H3 que aún quedan en los concesionarios. Volvemos al presente, GM sabe que es una marca que no genera ni tiene perspectivas de generar beneficios por lo que va a cerrarla, tal y como ya hizo con Pontiac o Saturn. Desde la corporación estadounidense aseguran que se cumplirán todas las garantías y el suministro de piezas de los actuales propietarios.
El cierre de concesionarios se hará de forma gradual, intentando causar el menor daño posible, aunque los daños colaterales al empleo van a ser inevitables. Entre las razones por las que el trato GM-Sichuan no ha funcionado se encuentra la desaprobación del Ministerio de Comercio de China. Aunque fuentes oficiales del país dicen que Sichuan no les consultó, se ha leido entre líneas y concluido que China no quiere a Hummer, una marca para nada eficiente, asociada al más puro consumismo de EEUU y que no encaja con el giro medioambiental tomado por China últimamente.
Una interpretación adicional es la ya relación en joint-venture de GM con SAIC, que no necesitaría de ampliaciones. Sea como fuere, la única opción que Sichuan tendría para controlar Hummer sería un vehículo de inversión a través de terceros, algo poco probable en estos momentos. Creo que es hora de decir “descanse en paz”, aunque ya habíamos dado por perdidas otras causas.
Vía: GM, TTAC
En Diariomotor: Una empresa china comprará Hummer