Puede que algunos os acordéis del concept que presentó Toyota en 2004, el Alessandro Volta. Su nombre hace referencia al científico italiano, uno de los primeros investigadores en el plano del almacenamiento de energía, del que toma su nombre la tradicional pila eléctrica o voltaica. Toyota le rendía homenaje hace seis años presentando en el Salón de Ginebra un superdeportivo híbrido que por desgracia jamás llegó a entrar en producción. La técnica empleada era similar a la del Lexus RX400h.
Pero antes de hablar de datos técnicos, paremos a admirar el diseño que Italdesign-Giugiaro creó para la ocasión. Afilado y muy bajo, pero no tan grande como se pudiese pensar: mide 4.3 metros de largo y no llega los dos metros de ancho. Personalmente, me encanta la práctica ausencia de voladizos, el pequeño capó delantero y la enorme superficie acristalada. Los espejos retrovisores eran pequeñas cámaras orientadas hacia atrás y en la zaga brillan unas grandes ópticas LED, a lo ancho del coche.
Las entradas de aire para el propulsor – montado en disposición central-trasera – están colocadas junto a las salidas de escape. Todo el conjunto se sienta sobre llantas deportivas BBS de 19 pulgadas, el resultado final es un aspecto que fusiona italiano con japonés, un extraño pero interesante plato sushi con spaghetti. En el habitáculo todos los controles son de tipo by-wire, lo que permite desplazamientos verticales, horizontales y longitudinales del volante y asientos, para una ergonomía sin parangón.
Las puertas son de apertura estilo Lamborghini. En la parte trasera está el tren de propulsión híbrido, que en lugar de emplear la tecnología Hybrid Synergy Drive – en paralelo – desarrollada por Toyota, usa una configuración en serie. El motor 3.3 V6 alimentaba una batería de NiMh desarrollada por Italdesign, que daba todo su jugo a dos motores eléctricos. Estos accionaban el tren trasero con una potencia combinada de nada menos que 408 CV. No hay conexión entre el motor térmico y las ruedas.
La aceleración de 0 a 100 km/h únicamente consumiría 4.03 segundos, mientras que la velocidad punta se ha limitado a 250 km/h. El consumo de combustible sería bastante contenido, con un tanque de 52 litros la autonomía en autopista rompería la barrera de los 700 km. Las baterías pesaban 70 kg, pero Toyota se disculpaba añadiendo que un sistema de tracción total añadiría unos 100 kg de peso: el Alessandro Volta era un tracción trasera de toda la vida y su chasis era de fibra de carbono.
Otras peculiaridades de este superdeportivo híbrido que jamás llegó a producción era su curioso sistema de suspensión, la posibilidad de incorporar un asiento en posición central y la posibilidad de circular en modo 100% eléctrico hasta velocidades de 30 km/h.
Toyota Alessandro Volta, un superdeportivo híbrido de 2004
Vía: SeriousWheels
En Diariomotor: Proyecto Rosemeyer, el superdeportivo que pudo cambiar Audi | Bugatti 18/3 Chiron y el camino hacia el Veyron | Honda CR-Z
