Leve decepción la que me he llevado con el Carlsson C25, una preparación que toma como base la Clase SL de Mercedes para crear un super GT a base de modificaciones. La verdad no sabría decir si es el esquema de colores, blanco con negro y amarillo, la preparación en si, o que tenía unas expectativas muy altas puestas en este modelo, pero a mi parecer lucía mucho mejor en los renders iniciales.
El motor sin embargo si que se mantiene, tomando prestado la mecánica V12 de 5.5 litros proveniente de un SL600 que ha sido espabilada desde los 517 CV iniciales, hasta llegar a los 753 CV. Aunque más espectacular, si cabe, es el dato del par motor que de no haber sido limitado a 1.150 Nm habría llegado a unos estratosféricos 1.320 Nm, mas que suficientes para mandar a freír espárragos a casi cualquier caja de cambios.
Por eso para la delicada elección de la caja de cambios se ha elegido una Speedshift de cinco relaciones, que consigue acelerar los 1.950 kg de coche hasta los 100 km/h en 3,7 segundos y seguir hasta llegar a 352 km/h. Complicada también ha sido la elección de la suspensión, que controlar una mezcla explosiva de peso y potencia, ambos en generosa medida, por ello se ha confiado en un sistema C-tronic que monitoriza la situación del coche para poder obtener el máximo rendimiento en todas las condiciones.
Ahora llega la parte más dolorosa, la del precio, porque si quieres una de las 25 unidades que se fabricarán tendrás que pagar 510.000 euros, cantidad que sobra para comprarse tres Mercedes SL 600. En fin, seguro que Carlsson venderá todas y cada una de las unidades que fabrique de su C25, pero yo personalmente no me compraría uno ni teniendo el dinero, me sigo quedando con el Mercedes SL Black Series.
Vía: Motor Ward
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