Uno de los modelos que más expectación levantaba en el Salón de Ginebra de 2010 es el Mini Countryman, y no es para menos, ahí donde lo veis es el Mini más grande de la historia explorando un segmento hasta ahora inédito para esta saga de elegantes utilitarios.
De primeras llama la atención sus proporciones y su aspecto robusto, pero mucho nos tememos que el Mini Countryman sufriría bastante en cualquier camino escarpado y de difícil acceso para un utilitario. Y eso que Mini le ha puesto empeño y ofrece opcionalmente la tracción a las cuatro ruedas All4.
Con todo y con eso, el objetivo de BMW es repetir el éxito del Mini “coupé” en un modelo que mantenga la distinción y el estilo retro por el que han apostado en los últimos 9 años satisfaciendo las necesidades de aquellos que necesitan mucho más espacio y comodidad del que hasta ahora podía dar un Mini.
Y digo hasta ahora por que si hay algo que me ha sorprendido del Mini Countryman es su habitáculo, considerablemente espacioso para sus escasos 4.1 metros de longitud. Parece que en ese sentido han hecho un buen trabajo para aprovechar el espacio.
Nunca pensé que la altura en las plazas traseras fuera tan grande hasta que vi a un orondo señor alemán que con más de 1.90 metros de altura se acomodaba en las plazas traseras erguido sin que su cabeza tocase con el techo.
Los asientos traseros en la configuración de 2+2 plazas son bastante confortables, además en esta disposición de asientos se incluye el Center Rail, un carril de aluminio con diversos receptáculos móviles (el nuevo Opel Meriva también incluye un sistema similar) que a priori a mí sigue sin parecerme demasiado útil.
El diseño interior mantiene el estilo típico de Mini con el velocímetro en una gran esfera centrada en el salpicadero que en su interior incorpora el ordenador de a bordo digital.
El maletero es muy amplio y prácticamente comparable al de muchos compactos del mercado que también son bastante más largos que el Mini Countryman. Además el perfil del portón trasero está prácticamente a ras con el suelo del maletero, facilitando aún más la carga de objetos pesados o voluminosos.
Personalmente tengo que decir que cuando se presentó me decepcionó un poco que no se hubiese arriesgado demasiado con el diseño, pero parece que en Mini siguen la máxima que dice que cuando algo funciona mejor no cambiarlo y nos da la sensación de que como sucede a menudo, este continuismo se acabará traduciendo en éxito de ventas.
Mini Countryman
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