Subaru trajo a Ginebra muy poquitas novedades, de hecho prácticamente sólo había una novedad: el Subaru Impreza XV. Tras el adelanto que os mostramos poco podíamos esperar más allá de un Impreza elevado con un aire de crossover. En directo el coche no impresione puesto que pocos son los detalles que varíen respecto al compacto.
La idea de crossover compacto es la que mejor ofrece el Impreza XV caracterizado con los típicos detalles: frontal más voluminoso con bajos protegidos, arcos de rueda y estribos más grandes en un color mate oscuro y las barras del techo en aluminio a juego con el resto de medidas de protección. Por detrás no se rasga las vestiduras ni con el difusor empleado ni con las luces de tipo LED.
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A la hora de adentrarse en el interior no existe prácticamente ninguna diferencia respecto al Impreza convencional. La diferencia a nivel de comportamiento se sitúa en el chasis, teóricamente adaptado a las nuevas capacidades. La nueva configuración de la suspensión y de la amortiguación facilita el control del balanceo y una mejor situación a la hora de “trampear” desniveles. Curiosamente el Impreza XV no tiene una mayor altura libre al suelo.
Las dos únicas motorizaciones que puede llevar son los boxer en los dos combustibles principales. El 2.0 boxer gasolina ofrece 150 CV de potencia a 6.400 rpm y 196 Nm de par máximo a 3.200 vueltas. Se combina con una caja de cambios manual de cinco marchas o con una automática de cuatro velocidades Sportshift. La velocidad punta es de 193-182 km/h y la aceleración de 0 a 100 km/h se queda en 9.6-11.6 segundos.
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El diésel boxer de cuatro cilindros y 2.0 litros ofrece la misma potencia de 150 CV pero a solamente 3.600 rpm y además deriva un par máximo mucho mayor, de 350 Nm entre 1.800 y 2.400 rpm. Sólo se puede elegir con cambio manual de seis relaciones y destaca su velocidad punta, que supera ligeramente los 200 km/h, y los 8.6 segundos en los que realiza el 0 a 100 km/h. Ni de uno ni de otro se han especificado datos de consumo, aunque deberían ser similares a los del Impreza: 8.4 y 5.8 l/100 km de media.
La diferencia fundamental entre el Subaru Impreza XV y otros compactos crossover, del tipo del Volkswagen Cross Golf o del Fiat Sedici, residiría en que el japonés lleva tracción a las cuatro ruedas de serie. En el caso del boxer de gasolina con cambio manual existe un apoyo en las capacidades todoterreno en forma de marcha reductora que facilita afrontar cuestas empinadas o arrancar con un remolque.
En definitiva estamos hablando de un Impreza con aspecto campero pero que no aporta mucho más allá de su estética y de sus suspensiones, en el resto de parámetros sigue siendo un Impreza.
Subaru Impreza XV en Ginebra
Vía: Subaru
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