Abarth siempre llama la atención vaya a donde vaya. Tradicionalmente, a partir de su fundación a mediados del siglo pasado, preparaban los Fiat para competir en circuito, ni más ni menos. A día de hoy Abarth trabaja para crear derivados de los Fiat con mucho picante y un estilo especial, pero sin llegar a conseguir coches “rabiosos”.
La vuelta de Abarth a la actualidad se produjo cuando presentaron el Grande Punto Abarth y el 500 Abarth, con el toque exclusivo del “escorpión” y con más potencia para sus motores 1.4 gasolina TurboJet. Luego nos sacaron los colores con las versiones “racing” SS y Assetto Corse, con menos confort y más poder en las ruedas. Ahora retoman el punto del equilibrio deportivo con el Fiat 500C y Punto Evo Abarth, las dos estrellas de Abarth en Ginebra.
Tenemos ya todos los datos de estos dos “picantones”, como que sacan al máximo 140 y 165 CV cada uno o como que utilizan un sistema TTC (“Control de transferencia de par) que permite disminuir las pérdidas de tracción mediante el diferencial autoblocante y apurar al máximo el motor con un indicador de cambio de marcha “deportivo”. Su aspecto delata una de las especialidades de Abarth y en directo se nota todavía más.
El que más llama la atención es el 500 descapotable, porque ya llamaba la atención en su versión de serie. Además de llevar los colores de Abarth por bandera, blanco, rojo y negro, luce unas bonitas llantas blancas y un tapizado de cuero muy suave en color marrón. A los mandos del mismo dan ganas de irse a una carretera de la costa a disfrutar del sol, del aire y de una buena aceleración.
La discreción no la palabra que defina al 500 con techo de lona, es bastante más apropiada para el Punto Evo visto por Abarth. Exceptuando las llantas de aluminio que lleva, en la que cada arco simula las garras del escorpión, y su peculiar trasera podría pasar perfectamente por el Grande Punto retocado. Por dentro los asientos son más discretos aunque igualmente deportivos y las costuras llevan el color de Abarth desde los tapizados de los anteriores hasta las alfombrillas.
Está claro que quien se va a un coche italiano en general busca un coche con un diseño distinto y, en concreto, a un Fiat acude más el sector juvenil. El que quiera esto y además pretenda salirse de lo habitual, con unos cuantos “caballitos” más bajo el pedal como extra, elegirá un Abarth. El problema aquí es el precio que no es apto para todos los públicos.
Abarth Fiat 500C y Punto Evo en Ginebra
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