Ayer comenzamos la primera parte de la prueba del Audi A5 Sportback, haciendo un análisis de las prestaciones de este modelo presentado el pasado verano. Lo que no sabíamos es que fuese un automóvil que despertase tanta atención y girase tantas cabezas allá por donde pase.
Cuando terminamos la sesión fotográfica, nos fuimos a tomar unas cervezas a una casa rural próxima que nos pareció un lugar bastante acogedor. Cual fue nuestra sorpresa, al descubrir a dos familias mirando este Sportback de manera similar a como muchos de nosotros contemplaríamos un Ferrari aparcado en Puerto Banús. Y es que a mi parecer, el A5 Sportback es un coche suficientemente discreto, y aunque es bonito tampoco es para tanto, ¿o no?
Discreto no significa que no sea elegante. Llegados a este punto no podemos obviar que el A5 Sportback es bastante sugerente, vanguardista me atrevería a decir. El frontal es muy ancho y semejante al del A5 Coupé, que se ve realzado por las clásicas luces diurnas de Audi, compuestas por una tira de LEDs con forma de “banda arqueada”, y una delgada montura de aluminio que rodea a la parrilla. También, sobre el capó que cubre el motor, hay dos cantos laterales con forma de V que realzan la línea y confieren un toque musculoso y deportivo.
El portón trasero es muy alargado, y sin embargo no me parece especialmente elegante. Además es algo extraño que no incluya limpiaparabrisas en la luneta trasera. Los pilotos traseros son de tecnología LED, al igual que los intermitentes integrados en los espejos retrovisores. Una opción más que recomendable para aumentar el aspecto deportivo del vehículo es solicitar el paquete exterior S-Line (1.945€), que incluye parachoques delanteros y traseros con un toque más deportivo, un difusor trasero en color gris platino o unos faldones laterales del color de la carrocería.
En la prueba del BMW X6 pudimos comprobar cómo tenía un acabado interior idéntico al X5. Y aquí ocurre exactamente igual, ya que una vez dentro del habitáculo, no somos capaces de apreciar grandes diferencias con respecto al A4 y al A5 Coupé: todo es semejante a sus hermanos. Las butacas son excelentes y el cockpit está orientado hacia el conductor. No hay duda de que el interior es un lugar agradable donde estar, con una calidad de materiales excelente y una posición de conducción bastante baja que proporciona una adecuada sensación deportiva.
La consola central no está recargada de botones, gracias a que muchos mandos han sido eliminados por la presencia del MMI, desde donde se pueden configurar los diferentes parámetros del coche, controlar el GPS, la conexión Bluetooth con el móvil o la radio. El único inconveniente que le he encontrado al MMI ha sido referente al GPS, donde hay que introducir letra a letra la dirección usando la ruleta, y esto hace que el proceso sea bastante lento. En este sentido, las pantallas táctiles – como la que posee su competidor el Volkswagen Passat CC – son infinitamente más cómodas.
El Audi A5 Sportback es un cuatro plazas estricto, y cuando te fijes atentamente en las butacas traseras descubrirás que falta el cinturón para un quinto pasajero que viajase en el centro. En cualquier caso, las plazas son amplias y tienen el mismo espacio para las piernas que el A4, por lo que no está nada mal. El espacio para la cabeza de los pasajeros traseros sólo disminuye 5 mm con respecto al A4 y es más que suficiente excepto para alguien con una talla superior a 1.85 m.
Alguno comenzará a entender ahora porqué decíamos anteriormente que era un A4 con un diseño diferente; pero es que, para colmo, tiene los mismos 480 litros de maletero que el A4 (son 25 litros más que el A5 Coupé), pudiendo ampliarse a 980 litros si abatimos los asientos posteriores.
Si decides comprarte un Audi A5 Sportback, no se te puede olvidar solicitarlo con un sistema de ayuda de aparcamiento (940€ o 1.500€ si incluye cámara de visión trasera) para facilitar las maniobras, puesto que la visibilidad a través de la luneta trasera es bastante reducida. Otra opción igualmente interesante, que echamos en falta en nuestra unidad, fue el sistema Audi Drive Select, que por sólo 345€, configura la respuesta del acelerador, la dirección y la suspensión de una forma más confortable o más deportiva.
No obstante, entre los gadgets más interesantes que incorporaba nuestra unidad de pruebas, nos pareció muy útil el sistema Adaptive Light (160€), un complemento de las luces de Xenón que cambia automáticamente entre luces de cruce y carretera dependiendo de la iluminación exterior y de los coches que circulen justo delante nuestra o en sentido contrario y cuyo funcionamiento roza la perfección… Así mismo, también incluía iluminación adaptiva en curva (430€), muy atractivo al circular en carreteras reviradas de montaña.
También me gustó el Adaptive Cruise Control (1.575€), que mediante un radar situado junto al antiniebla derecho, mantiene la distancia con el vehículo precedente. Este sistema está acompañado del Audi Braking Guard, que ayuda al conductor en una frenada de emergencia y le avisa en caso de inminente colisión.
El Audi A5 Sportback también tiene un pequeño guiño a la ecología, ya que todas las versiones incluyen un sistema de recuperación de energía. De esta manera, un generador aprovecha la energía durante las frenadas y la almacena en la batería, restando trabajo al generador y reduciendo el consumo. Mañana concluimos la prueba con una tercera parte en la que analizaremos la conducción del Sportback, y emitiremos un veredicto final.
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Audi A5 Sportback a prueba
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