Ayer fue un día histórico para Saab. Tras la salvación por parte de Spyker Cars NV en el último momento, es hora de que el fabricante sueco emprenda un nuevo rumbo empresarial lejos de los designios de General Motors, aunque sigue en cierto modo atado al gigante estadounidense en cuanto a plataformas y elementos mecánicos. Sea como sea, toda la plantilla de la fábrica de Trollhättan celebra la vuelta al trabajo tras más de un año de constante incertidumbre y un parón productivo de siete semanas.
Jan Åke Jonsson, el CEO de Saab Automobile, celebraba junto a la plantilla este acontecimiento, agradeciendo su paciencia y fidelidad. También ha aprovechado para alabar la flexibilidad de la planta productiva sueca, alegando el cambio sufrido en la producción del 9-3 Convertible, que pasa a producirse en Suecia. Antes se construía en Austria por Magna Steyr, pero esta deslocalización no venía bien cuando tenemos exceso de capacidad en nuestra fábrica de Suecia.
El primer vehículo en rodar de las líneas de montaje ha sido una unidad del nuevo Saab 9-5, que será destinada a un grupo de pruebas, una unidad de preproducción que anticipa la venta de esta esperada berlina para la segunda mitad del año. En la misma fábrica se ha confirmado que se producirá la versión SportCombi familiar. El futuro también espera la producción del Saab 9-4X, un crossover premium basado en la arquitectura del Cadillac SRX. El futuro más lejano anticipa compactos e incluso un utilitario premium.
Vía: Saab
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