Antes de llegar al meollo de la cuestión, un poco de historia. El nacimiento del Jaguar XJ220 – el último superdeportivo de Jaguar – fue complicado, aunque fue gestado y proyectado para un lanzamiento a finales de los años 80, el desarrollo fue largo y con multitud de reveses. Lo que iba a ser un superdeportivo con tracción integral Ferguson y un motor 6.2 V12 propio pasó a ser un tracción trasera con un motor 3.5 V6 – desarrollado por Tom Walkinshaw – doblemente turboalimentado para lograr una potencia de 550 CV.
Fue presentado en 1989, y los clientes debían depositar 50.000 libras para poder comprarlo cuando se pusiese a la venta. Desafortunadamente, la compañía pasó por una crisis de ventas que coincidió con la recesión de primeros de los años 90, posponiendo el lanzamiento de este gato salvaje hasta el año 1992. Muchos especuladores iniciales perdieron el interés y otros se quejaron de un incremento notable en el precio de venta hasta las 403.000 libras, cifras estratosféricas en una época de recesión.
Sólo 281 se produjeron y hasta 1997 no terminaron de venderse, dos años después de terminar la producción, a un precio de sólo 150.000 libras. En todo caso, es recordado como uno de los superdeportivos icónicos de los años 90, junto al mítico McLaren F1. Puede que sea un diseño arrebatador – extremadamente bajo y estilizado – o unas prestaciones de órdago – 350 km/h de velocidad máxima o un 0 a 100 km/h en 4.0 segundos – pero siempre he guardado un hueco en mi corazón para este superdeportivo de mi infancia.
Por eso se me encoje un poco al ver el estado de total abandono de una unidad en el paraíso del exceso: Dubai. Lo ha descubierto un lector de Crank & Piston, criando polvo y lentamente deteriorándose en un sucio aparcamiento, en cualquier esquina de la ciudad. A juzgar por la capa de arena y los excrementos de pájaro que acumula, el coche lleva parado en el mismo sitio más de un año, sometiéndose a los extremos ciclos de temperatura del desierto: calor abrasador de día, frío invernal de noche.
No es un lugar propio para un superdeportivo como este, aunque queda el conseulo de que está aparentemente intacto, nadie ha intentado robarlo o llevarse piezas. La unidad número 132 está ante vuestros ojos, producida en 1994 y abandonada por su dueño, que la compró hace unos 6 años en el concesionario oficial Jaguar en Dubai. Se conoce el propietario, pero los editores aseguran que airear su nombre podría traerles problemas muy graves, asumimos que es alguien importante.
Pues podrá ser todo lo importante que quiera, pero abandonar un coche así no tiene perdón. Miles y miles de aficionados adictos a los coches como nosotros sueñan sólo con estar cerca de esta maravilla con ruedas, otros, que tienen todo el dinero del mundo – o quizá no tanto – lo abandonan a su suerte en un sucio rincón de la ciudad. No es el primer caso de superdeportivos o coches de alta gama abandonados, los ejemplos son demasiados: BMW M6, Mercedes CL 55 AMG, clásicos de coleccionista…
Vía: Jalopnik | Crank&Piston
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