El Audi TT fue lanzado en 2006, reemplazando a una exitosa primera generación que suponía el primer paso para el fabricante alemán en un nicho de mercado interesante, compitiendo con entonces los BMW Z3 o Mercedes SLK. La segunda generación recibe ahora un ligero soplo de aire fresco a mitad de su vida comercial, consistente en un pequeño lavado de cara y retoques a nivel de mecánica y transmisiones. Empezando por el diseño, destacamos en primer lugar su nueva cara.
La calandra es ahora algo más angulosa, y las barras horizontales están terminadas en un acabado negro satinado muy resultón, similar salvando las diferencias al del nuevo Audi A8. Los paragolpes son algo más prominentes y estrenan algún que otro detalle, como una configuración ligeramente diferente de los antiniebla o entradas de aire. En la zaga se acopla un discreto difusor, que hace que el conjunto luzca muy bien. Estos cambios incrementan la longitud del coche en dos centímetros, hasta los 4.19 metros.
Sin embargo, lo que atrapa nuestra atención son las nuevas ópticas, con la imprescindible tira de LED diurnos, no podía faltar en un Audi. Las recreaciones mostraban unos faros más radicales, similares a los del Audi A1, pero finalmente se ha optado por una solución más sobria y asequible. La oferta cromática de la gama TT se enriquece con cuatro nuevos colores metalizados: Azul Scuba, Gris Oolong, Rojo Volcán y Gris Dakota. Si nos hacemos con el kit estético S-Line podemos pintar el coche en color Gris Daytona perlado.
El diseño interior no cambia, el habitáculo es de por sí muy atractivo y acogedor, respirándose la deportividad en este biplaza. Los cambios sólamente afectan a los materiales, que ganan algo de calidad. Nuevas molduras de aluminio pulido se pueden aplicar en las puertas o guantera, además de nuevas coloraciones para la tapicería. Hablando de tapicerías, la opción de cuero se vuelve ahora aún más atractiva, la piel ha sido imprimada para impedir su calentamiento al exponerse al sol, de agradecer en verano.
A nivel de equipamiento apenas habrá cambios, simplemente se suman opciones de personalización, nuevas llantas, etc.
Motorizaciones y cambios mecánicos
Las versiones de acceso a la gama siguen equipando los motores 1.8 TFSI de 160 CV y 2.0 TDI de 170 CV. Audi asegura que los consumos de toda la gama se reducen en una media de un 14%, cortesía de un nuevo sistema de recuperación de energía en la frenada y retoques mecánicos para reducir la fricción, al estilo del EfficientDynamics muniqués. Al mismo tiempo que aumenta la eficiencia, las prestaciones mejoran ligeramente a todos los niveles, algo que incluso con los motores de acceso es de agradecer.
El 1.8 TFSI acelera en 7.2 segundos hasta los 100 km/h y pasa a consumir 6.4 l/100 km. El TT 2.0 TDI quattro acelera de 0 a 100 km/h en 7.5 segundos y consume una media de 5.3 l/100 km. El turbodiésel sólo se puede pedir con la combinación caja manua-quattro. La principal novedad en la gama es el nuevo motor 2.0 TFSI de 211 CV, con turboalimentación, inyección directa de gasolina y alzado variable de válvulas Audi Valvelift. Este motor reemplaza al anterior 2.0 TFSI de 200 CV y al pesado 3.2 V6 FSI de 250 CV.
Asociado a una caja de cambios manual de seis relaciones es capaz de acelerar en sólo 6.1 segundos hasta los 100 km/h. Si va asociado a una caja de cambios S-Tronic de seis relaciones y tracción integral quattro hablamos de un 0 a 100 km/h de sólo 5.6 segundos, muy cerca del Volkswagen Golf R o el Audi S3. Su par máximo alcanza los 350 Nm, constantes entre las 1.600 y las 4.200 rpm. Una cifra que coloca al motor entre lo mejor de los TDI de cuatro cilindros a nivel de recuperaciones o empuje.
Las buenas prestaciones son entre otras cosas posibles gracias al escaso peso del coche, que emplea una construcción spaceframe híbrida, con partes del chasis fabricadas en aluminio, otras en el habitual acero galvanizado. Con sólo 1.240 kg en el 1.8 TFSI manual, son lógicas las buenas prestaciones. El motor 2.0 TFSI consume 6.6 l/100 km con cambio manual y en todos los casos las emisiones de dióxido de carbono no superan los 154 g/km. El ahorro es de 1.1 l/100 km con respecto al 2.0 TFSI de 200 CV.
Retoques a los Audi TT-S y TT-RS
Las versiones más radicales – sólo disponibles con tracción quattro y tren de rodaje deportivo – también reciben la dieta con dosis de esteroides. El Audi TT-S con su motor 2.0 TFSI de 272 CV es ahora capaz de acelerar en sólo 5.2 segundos hasta el centenar de km/h siempre que vaya asociado a la caja de cambios S-Tronic de seis velocidades opcional. De serie va asociado a una caja de cambios manual de seis relaciones. Su velocidad máxima en ambos casos está limitada a unos correctos 250 km/h.
Pero todos sabemos que el Audi TT-S sólo es una antesala del rey de los TT, la versión Renn Sport que tanto nos gusta. Puede que sea un aspecto radical o su motor 2.5 TFSI de cinco cilindros, turboalimentado hasta los 340 CV, un claro homenaje al Audi Quattro Sport de los años 80. La principal novedad es la dotación de una caja de cambios S-Tronic de seis velocidades de manera opcional, antes sólamente se ofrecía con una caja manual de seis relaciones, convirtiéndolo en un coche para puristas.
Sin embargo, las prestaciones mejoran de manera considerable con la caja de doble embrague. El 0 a 100 km/h transcurre en sólo 4.4 segundos, desbancando a modelos como el Porsche Cayman S. Con la versión manual el tiempo es de 4.6 segundos, en cualquier caso respetable. El consumo se mantiene inalterado, 9.2 l/100 km, Audi no especifica versión.
¿Cuando se pone a la venta?
Se pone a la venta en verano a un precio de partida de 32.000€ para el Coupé con caja de cambios manual y motor 1.8 TFSI de 160 CV. Los cambios para los TT Roadster serán anunciados en breve.
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Vía: Audi
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