No nos imaginamos conducir un coche si no es agarrando un volante y pisando pedales, ¿verdad? Qué pasaría si eliminamos de esa ecuación agarrar el volante. Un accidente seguro, a no ser que estemos conduciendo el coche que han preparado los investigadores de la Universidad Libre de Berlín. Se trata de un monovolumen Dodge Caravan que puede guiarse con nuestros ojos, moviéndolos hacia donde queremos ir. La tecnología se llama eyeDriver, y funciona a velocidad de hasta 50 km/h.
Cargada de tecnología hasta los topes, todo se reduce a que unas cámaras montadas en un casco especial que debe llevar el conductor, detectan el movimiento de las pupilas. Unos sensores infrarrojos transmiten la posición relativa de las pupilas a un complejo laberinto de aparatos informáticos, que finalmente están conectados a un motor eléctrico que mueve el volante. El conductor aún debe manejar el acelerador y el freno. Al ser un monovolumen automático, todo se reduce a mirar, acelerar y frenar.
Este vídeo demostrativo nos explica el funcionamiento.
Como habéis visto, el sistema funciona sorprendentemente bien, aunque un calibrado sería intersante para poder evitar las sacudidas del volante. Tampoco podemos evitar apreciar la relativa lentitud del sistema, pero teniendo en cuenta lo experimental y tecnológicamente avanzado que es todo se le puede perdonar todo. Las dudas comienzan en cuanto salimos del aeropuerto Berlín-Tempelhof y pensamos en una aplicación en el mundo real. ¿Qué pasa si apartamos un segundo la vista de la carretera?
¿Qué pasa si el coche al que seguimos hace un giro brusco? ¿Y si queremos cambiar de emisora? ¿Y si cerramos los ojos porque nos viene un estornudo? Muchas preguntas con respuesta, y es que el coche está dotado de cámaras de alta resolución y GPS: el coche se conduce sólo, aunque un input humano siempre viene bien. Estas tecnologías no tendrán una aplicación práctica a corto plazo, pero estoy seguro de que en el mundo de la aviación militar ya están sobre aviso.
Vía: Independent.co.uk | Crunchgear
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