Puede que sea el resultado de aquellas desenfrenadas noches de los años 60, el festival de Woodstock, el amor libre… y una Ford Mustang terminó en la cama con algún que otro desconocido. Tras unos meses dió a luz a su hijo, de un padre desconocido. Ya crecido, su ADN delata que su base genética es la de un Mustang Convertible del año 2010, pero desconocemos quién es su padre, hay demasiadas influencias, además de que su viaje de fin de curso a Japón lo dejó algo desfigurado.
Es ahora un Mitsuoka Galue, un extraño híbrido de diferentes estilos a los que el preparador japonés nos tiene tan habituados. Entre sus influencias, tenemos los rasgos de un Cadillac de Texas en sus ópticas traseras, mientras que la parte delantera – además de sufrir de gigantismo – adopta lo que parece la calandra de un cruce entre Bentley y Rolls-Royce. Los faros redondos delanteros y los cuatro antiniebla me recuerdan a una mezcla entre un taxi de Londres y un coche de choque.
El habitáculo es bastante parecido al Mustang de serie, no tiene nada de especial, salvo un revestido en madera del salpicadero y asientos de cuero rojo. Está disponible con dos motores 4.0 V6 de 210 CV y 4.6 V8 de 300 CV. Tiene el volante a la izquierda, lo que nos indica que es un coche que está más bien pensado para su exportación fuera de Japón. En su página web oficial – en japonés – podéis encontrar más información e imágenes, pero os advertimos de que podéis tener alguna que otra pesadilla.
Vía: Mitsuoka
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