La palabras “reparto” y “Rolls-Royce” no parecen estar hechas para ir unidas en la misma frase. Cualquier Rolls-Royce debería estar por encima de cualquier “pérdida” de dignidad. ¿Os gustaría ver un Porsche convertido en un monovolumen? A mi desde luego que no. Pero siempre hay un precio para todo y por esa razón un Rolls-Royce en 1984 se convirtió en un coche de reparto.
Esta punzada para los más puristas seguidores del lujo fue cometida por Krug Champagne que para el que no lo conozca es una marca premium de champán. Con el fin de promocionar sus lujosos “caldos” burbujeantes transformaron todo un señor Silver Shadow II del año 1979 en un vehículo comercial. Alargaron su carrocería y se deshicieron de las dos puertas traseras para dejar un espacio libre, más para la publicidad en sus paneles exteriores que para cargar realmente con las botellas de champán.
El coche desde luego era práctico para transportar este oro líquido gracias a su amplio espacio trasero y a que en el compartimento de carga existían dos refrigeradores para mantener el champán a la temperatura perfecta. Está claro que este Silver Shadow modificado mostraba al mundo los valores de lujo y opulencia que acompañaban a la propia marca.
Además de los logos Krug en el exterior y la pintura de dos tonos en beige y granate este Rolls-Royce Silver Shadow II tenía algunos detalles diferentes como el llavero con la llave del encendido acompañada por un corcho firmado por Krug Champagne. Todo aficionado a los “RR” y al champán vería con buenos ojos ese detalle aunque, en confianza, se lo puede crear uno mismo.
Después de la campaña creada por Krug Champagne el coche pasó a manos privadas pero ahora está de vuelta en la sede principal de la compañía en la región de Champagne-Ardenne en Francia. El Silver Shadow más mundano permanecerá imperecedero como una pieza de museo con historia.
Rolls-Royce Silver Shadow II Krug Champagne
Vía: carscoop
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